La Deportiva complica su vida

La Sociedad Deportiva Ponferradina sufrió un duro revés en el encuentro de ayer en El Toralín contra el Sporting de Gijón que registró un claro triunfo visitante. Esta derrota obliga a los de Pichi a sacar un buen resultado en Las Palmas la próxima semana, si quiere evitar que las diferencias con sus más directos rivales en la lucha por la permanencia se vean ampliadas. Como sucediera una semana atrás en Soria, los blanquiazules tuvieron una buena puesta en escena, pero el gol se les sigue negando. Ayer, por ejemplo, gozaron de dos claras oportunidades al principio que no acabaron en la red por bien poco. Primero sería Raponi el que mandara a las nubes un buen servicio de Cifuentes y a renglón seguido, el argentino puso una pelota en la cabeza de Nabil Baha que éste envió directamente a la escuadra de Roberto. Todavía habría otra ocasión más para Rubén Vega, cuyo disparo salió a la izquierda del marco cuando estaba en buena posición. Aunque la mejor opción estuvo de nuevo en las botas del maragato cuando arrancó en solitario, tanto que parecía incluso salir en posición antirreglamentaria, plantándose con ventaja ante Roberto, muy escorado, eso sí. Optó por resolver con un lanzamiento cruzado que terminó con la pelota saliendo pegada al segundo palo, directamente fuera. Y a todo esto, el Sporting todavía no se había acercado con peligro al marco de Rubio y ya se habían rebasado los primeros veinte minutos. Pero el Sporting tiene la suerte de contar en sus filas con la auténtica bestia negra de la Deportiva, que no es otro que David Barral. Y el gaditano apareció para inclinar la contienda a favor de los asturianos. Fue un centro desde la izquierda que la zaga local no fue capaz de despejar el cuero y el delantero rojiblanco, a la media vuelta, aprovechó para ponerlo lejos del alcance de Manolo Rubio. Una vez más, David Barral ponía a la Deportiva contra las cuerdas y eso que faltaba un mundo por delante. A partir de ahí bajaron el ritmo los locales que acusaron el golpe y sólo a última hora Rubén volvió a tener otra gran ocasión que resolvió con un cabezazo desviado por encima del larguero, justo al final del primer tiempo. Cuando la escuadra berciana se disponía a buscar la remontada en el segundo tiempo, llegó la acción que sentenció el choque. Omar aprovecha una pérdida de balón para marcharse solo contra Rubio y cuando ingresa en el área, Fuentes le obstruye por detrás y acaba dejándose caer. Penalti y expulsión, no había otra alternativa. El propio Omar convirtió la pena máxima y con uno más, los de Preciado jugaron ya a placer. Pudieron haber hecho más sangre en las filas locales pero sólo fueron capaces de hacer un gol más, firmado por el habilidoso Diego Castro que esta vez no necesitó de mucha habilidad porque remató a placer delante de Rubio. La decepción se adueñó de los aficionados locales que fueron abandonando el campo antes de tiempo.