Los alemanes se quedan pasmados

Los alemanes estaban pasmados. Habían presenciado el entrenamiento del Bayern y atendido a las declaraciones de Roy Makaay, cuando los móviles comenzaron a sonar con estridencia. Las voces subieron de tono y los «welch» (¡qué! en germánico) inundaron la sala. Capello se marchaba, decían los periodistas muniqueses. Después se enzarzaban en una discusión sobre si era bueno o malo para el Bayern o todo lo contrario. Los medios extranjeros estaban atónitos, petrificados en sus asientos e incrédulos ante el esperpento que tenían ante sus ojos. Preguntaban a los corresponsales alemanes en España sobre la radio que había dado el rumor como noticia (la Cope), quiénes son, cómo puede pasar esto y por qué ahora. Unos interrogantes solventados (más o menos) con urgencia mientras los operarios del Real Madrid desmontaban los paneles publicitarios de la Liga de Campeones a una velocidad récord para la rueda de prensa de ¿Ramón Calderón y Pedja Mijatovic? No. El portavoz Miguel Ángel Arroyo fue quien dio la cara en una tarde de rumores.