Golpe de mano del Ademar en Dinamarca

Se notaba en los días previos que el Ademar había venido a Dinamarca a inscribir su nombre en las semifinales de la Recopa de Europa y se notó también en el partido. Al menos durante buena parte. El viernes el técnico Manolo Cadenas advertía que confiaba en ganar. «Y firmaría ahora mismo -subrayó- poder hacerlo por uno sólo porque jugar fuera de casa y competición europea siempre es complicado. Al final no fue uno, fueron seis: 30-36. Una renta que deja sentenciada esta eliminatoria a falta de un mero trámite: el partido del próximo sábado en el Palacio de Deportes. Un choque en el que el principal aliciente será apostarse cual va a ser la diferencia que consiga el Ademar. Y es que ni en las peores pesadillas puede pensar nadie que el Silkeborg danés pueda complicar la vida al Ademar. El inicio del choque de ayer ya dejó claro quien mandaba sobre el parqué. Con una vigilancia especial sobre el mejor hombre del Silkeborg, el central-lateral Mads Nielsen, los leoneses abrieron pronto y con más facilidad de la prevista una importante brecha en el marcador. El 1-4 que reflejaba el marcador en el minuto seis de partido ponía las cosas de la mejor manera posible. Con Claus Jakobsen repartiendo juego y un Stranovsky letal en estos compases iniciales (tres tantos llevaron su firma) el Ademar ponía rumbo a las semifinales la Recopa y sin volver la vista atrás. La defensa danesa era un auténtico coladero. Salía a gol por minuto. El técnico local cambia al sueco Forsberg y pone a Jacobsen. Y el cambio no le vino mal. Tal vez porque coincidió con una pájara del Ademar o porque los leonses bajaron el pie del acelerador viendo que el envite era más fácil de lo esperado, el caso es que los daneses remontaron y se pusieron uno arriba en el minuto 18 gracias a un inspirado Grubenov. Por fortuna el Ademar despertó a tiempo gracias al brazo de Viran Morros que ayer volvió a reivindicarse como atacante y consiguió cerrar los primeros treinta minutos con un empate a 17-17 que volvía a poner las cosas como estaban al principio. Demasiados goles en cualquier caso para la defensa leonesa. Toda una historia por escribirse en el segundo periodo. Y ahí surgió una vez más la figura del meta Danjel Saric. Decir que estuvo sensacional es decir poco. Una y otra vez los ataques daneses se estrellaban en sus brazos o piernas. Más de uno debió pensar que era un pulpo. Sólo pudieron hacerle trece tantos y porque en la recta final el Ademar se dejó llevar un tanto por la inercia. Hasta el minuto veinte sólo habían conseguido perforar su meta siete veces. Las cifras cantan, Saric es un seguro de vida. En este segundo periodo, la defensa del Ademar volvió a mostrarse más eficaz y hubo varios jugadores muy inspirados en ataque como Perales y Garralda a los que se unió de nuevo Viran Morros. El cántabro, incluso, tuvo que jugar de extremo por la lesión que se produjo Stranovsky en un dedo de su mano derecha cuando corría un contraataque e impactó contra el banquillo danés. Cuando Garralda puso el 24-31 en el marcador, Cadenas sonrió y le dio una palmada al tiempo que lo relevaba por Laluska. El trabajo estaba hecho y el objetivo cumplido con creces. El Ademar tiene en su bolsillo el billete para las semifinales la Recopa de Europa y ahora a esperar rival. Pero el ritmo no para, el equipo piensa ya en el duelo con el Barça el próximo miércoles.