Cuando la báscula hace «crac»

El estriptís de Ronaldinho en el Camp Nou ha sido el más polémico desde el de «la gallega de Cancún» en Interviú. En la báscula del fútbol no pesan los 19 goles que ha firmado el brasileño esta temporada, sino sus escasas prestaciones en partidos clave. Frente al Liverpool redondeó su irrelevante actuación con un desnudo de cintura para arriba. En el retrato lanzado por el oportuno fotógrafo no hay rastro de la tableta de chocolate que lucía años atrás. A Ronaldinho le han tocado su punto flaco, que en este caso es su presunto sobrepeso. El médico del club ha guardado silencio sobre el particular. Según la web del Barça, el astro está en los 80 kilos, aunque la prensa barcelonesa especula con que este dato se ha quedado obsoleto. Sí se sabe que cuando llegó a España en la temporada 2005-2006 paseaba 76. Ya con los 80 kilos oficiales, Ronaldinho es el quinto jugador culé más pesado. En la báscula sólo le ganan Motta (83), Oleguer, el gallego Rubén y Gudjohnsen (los tres 82), todos más altos que él. El brasileño mide 1,81, mientras que Motta, Oleguer y Rubén están en los 187 centímetros, y Gudjohnsen en los 185. Márquez, que mide un centímetro menos que Ronaldinho, arroja en la báscula 74; y Eto'o, un centímetro más bajo, 75. La estrella barcelonista ha ingresado ya en el club de los gorditos que preside su compatriota Ronaldo. La Gazzetta dello Sport pregunta estos días en su web cuánto pesa el ahora delantero del Milan. Ofrece once opciones, desde los 85 a los 95. Hasta la tarde de ayer habían votado más de 27.000 internautas, y la opción mayoritaria (19,4%) era la máxima: 95 kilos. El último peso oficial de Ronaldo es el que ofreció el indiscreto preparador físico de Brasil, Sant'Anna: 90,5. Aquello fue días antes del inicio del último Mundial. A la concentración había llegado con 94,7. Este especialista sostenía que el peso ideal de Ronaldo (que mide 1,83) es 90. Mientras Ronie golea en Italia, Capello ha recuperado a otro gordito ilustre, el italiano Cassano, de 1,75 metros, y al que la web del Real Madrid le atribuye 81 kilos. La polémica sobre el sobrepeso persiguió durante buena parte de su carrera a Maradona. En el Mundial 86, la silueta de Diego no era lo esbelta que había sido en su juventud en Boca, pero tampoco la gruesa figura que pasearía cuatro años después por el Mundial de Italia. Se le acusó de llegar pasado de kilos a aquel campeonato disputado en México. El Diego contestó con la actuación más brillante de su carrera. Años después, Valdano (al que Maradona hizo campeón mundial) defendió que la universalidad del fútbol, su capacidad de seducción planetaria, obedecía a que es el único deporte en el que un bajito gordito puede ser el mejor del mundo. Muchos años antes que Maradona, Puskas había demostrado que el talento pesa más que la grasa. Llegó al Real Madrid con 31 años y 12 kilos de más. Bajó algunos, pero conservó la barriguita. Así de fondón levantó tres Copas de Europa y cinco Ligas.