El Real Madrid desaprovecha el pinchazo culé (1-1)

El Real Madrid desaprovechó el pinchazo del Barça en Sevilla para recortar tres puntos al eterno rival que visitará la semana que viene. Los blancos realizaron un partido de menos a más, en el que en muchos momentos estuvo superado por un gran Getafe, que plantó cara hasta que el físico le dijo basta. Bernd Schuster lo sabía y planteó un inicio frenético. En el Bernabéu, el campo que le amó y le odió a partes iguales, desempolvó los viejos manuales para demostrar al mundo las carencias de este pobre Madrid, que sólo está en el césped. El alemán sabe que su equipo es inferior en calidad que los blancos, pero eso se puede paliar con sacrificio y orden. El Getafe hizo callar al coliseo blanco con una presión magistral, en la que cada uno de los azulones cubría su zona haciendo desaparecer al contrario. El manual de Schuster se apreció sobre todo en las bandas, donde el Madrid era un chiste. Robinho y, sobre todo, Reyes demostraron porqué son una remota opción para Capello. Los dos extremos no defendían y permitieron que los getafenses hicieran lo que quisieran. Nacho, por ejemplo, gambeteó y se fue de dos contrarios con un taconazo para centrar y que Pulido rematara de cabeza. Eran los mejores jugadores de los pupilos del alemán, que rubicaron ese pequeño momento de gloria con el gol del arquero Güiza. Cotelo le metió un balón en profundidad y el jerezano superaba a Casillas. El Getafe vivía su momento más dulce. Era su gran semana. Tras clasificarse para las semifinales de la Copa del Rey, podían ganar en el coliseo blanco. Pero los madridsitas despertaron de la pesadilla. Un balón de Beckham al larguero fue el inicio del acoso a la portería de Abbondanzieri. Y Van Nistelrooy y Reyes realizaron la mejor jugada del partido. El holandés dio un balón en profundidad al utrerano que picó por encima del portero. Pero Contra detuvo la pelota en la línea, se paró y sacó la bola con una sangre fría pasmosa. El Madrid se quedaba con la miel en los labios y perdía a Reyes, lesionado por la entrada del Pato . Capello decidió suplir la ausencia del extremo con Rubén de la Red y devolver a Beckham a la banda. Con ese cambio de fichas, el italiano dio con la solución. Su equipo cogió más cuerpo y seguridad con dos centrocampistas organizadores puros. Y cuando el Madrid ensamblaba sus fichas, Abbondanzieri regaló el empate con un penalti absurdo a Robinho. El Madrid, con el empate y el reajuste, estaba más cómodo. Dominó la segunda parte del duelo, con el Geta metido en su campo, pero no vio puerta ni con los cambios.