La Deportiva se deja dos puntos (1-1)

La Sociedad Deportiva Ponferradina sigue sin ganar fuera de casa, aunque el punto conseguido ayer en El Ejido tenga una importancia capital, siempre y cuando llegue acompañado de otros tres el próximo domingo ante el Xerez. Los bercianos tendrán difícil encontrar otro partido más propicio para lograr la histórica victoria que se le resiste lejos de Ponferrada. Ayer no pudo hacerlo porque los delanteros de Pichi se empeñaron en despreciar los regalos que le hicieron tanto el portero como los zagueros locales en el primer tiempo. Kike le entregó un balón a Rubén Vega con el que el maragato no supo qué hacer y al final fue a estrellarlo contra el único defensa que andaba por allí. Pichi se desesperaba en el banquillo. Y es que minutos antes, Ramón Pereira también marró después de capturar el balón cuando se produjo una horrible cesión de Tena sobre el guardameta ejidense. Por si no fuera suficiente, la primera oportunidad del partido fue también para la Deportiva, cuando no se había cumplido el minuto 10. Nabil se va bien por la izquierda y sirve un balón de oro para que Rubén Vega lo haga efectivo delante de Kike. Sin embargo, el de Castrillo lo manda a las nubes, desperdiciando una de esas ocasiones que al final sueles pagar muy caro en Segunda. Todo hacía presagiar que esta manida historia se iba a repetir una vez más. Los primeros pitos del respetable hicieron reaccionar a un Poli Ejido que no tardó en enseñar los dientes. Moreno y Ortiz empezaron a funcionar por las bandas, mientras que Robles, Usero y el omnipresente Víctor Salas controlaban la zona media. Así fue como se produjo una falta en el centro del campo que ejecutó bien Robles en acción ensayada para servir al central Tena, incorporado a la ofensiva en el segundo palo y éste cabeceó hacia el interior del área donde Rubio pudo salvar el gol que se cantaba, con tan mala fortuna que el balón quedó escorado hacia la derecha donde apareció Ortiz para soltar un zapatazo que llevó el balón al interior de la red. Daba la impresión de que por ahí se empezaba a escapar el partido, máxime viendo cómo el central Tena remató al poste y con el pie, tras un centro desde la izquierda en el segundo despiste de una zaga blanquiazul que ayer vistió de rojo. Pero el fútbol también tiene un margen para la sorpresa y ayer, por segunda vez esta campaña, la Deportiva fue capaz de responder después de que el rival se adelantara en el marcador fuera de casa. Antes del descanso, un balón que llevaban los bercianos por la derecha acaba en saque de esquina. Viene Jotha para botarlo y lo hace pasado, para que emerja la figura de Nabil Baha, volando más que nadie en el corazón del área. El franco-marroquí cabeceó con precisión poniendo la bola junto al poste evitando la respuesta de Kike. Era un gol providencial porque además estaba a punto de expirar el primer tiempo y había que alcanzar el descanso en paridad. Se logró eso y se salió en la segunda mitad con el claro objetivo de mantener el empate. También se pudo obtener ese propósito porque el Poli casi no se acercaba a Rubio, si no era con faltas al borde del área que tampoco sirvieron a los andaluces. Cuando todo hacía presagiar que el empate sería inamovible, llegó la jugada más polémica de la tarde. Ignacio Risso, que antes había reemplazado a un desfondado Nabil Baha, se marcó directo hacia Kike superando en velocidad a los defensores locales y fusiló al meta del Poli. El uruguayo estalló de júbilo en la celebración, igual que saltaron como un resorte todos los integrantes del banquillo ponferradino, celebrando lo que era su primera victoria a domicilio. Era un sueño del que les iba a despertar, sin dejar que lo celebraran un poco más, el banderín del canario Pérez Pérez que dio al traste con la efímera felicidad. Es una injusticia clara porque Risso arrancó en posición legal y el linier advirtió fuera de juego. Habrá que seguir remando, no queda otra.