El festival folklórico celta
NO SE SORPRENDAN del titular, ya de entrada. A juzgar por los indicios, en ese seudocampeonato mundial (o europeo, que más da...) de Luchas Celtas que con tanta profusión -y generoso despliegue- difunde la Diputación, parece que primase lo festivo-folklórico sobre lo deportivo-luchístico. A lo que se desprende, en este evento que promueve -y acapara- la Diputación Provincial, no va a faltar de nada en el apartado folklórico; que si gaitas (¿no sería más consustancial la dulzaina con los territorios luchísticos?), pendones, mercado tradicional, fiesta de la cerveza (más leonés el arriscado clarece de aguja).... Desfiles, fiesta y jolgorio a mayor gloria de quien lo monta y -es un decir- lo paga. Promueve, promociona, patrocina y financia la esplendidez y generosidad de la Excelentísima. Toda una apuesta deportivoluchística de futuro... en clave festivalera folklórico de dulzainas (?) y pendones. Pendones y dulzainas que hacen vibrar leonesamente a este columnista, pero en otro contexto; en un marco tradicional y costumbrista, nunca en lo específicamente deportivo y luchístico ¿o es que lo que menos cuenta es lo deportivo y luchístico? ¿O que lo que cuenta es precisamente la repercusión política...? A todos los efectos exaltación folklórica que, sin una exaltación de la identidad Leonesa de la L.L. a través de sus raíces celtas. Para que no se enoje la junta castellana, que se suma encantada a nuestra desidentificación regional; ya se sabe que desde Pucela se considera cuestión prioritaria cuanto apunte a anular la Identidad Leonesa. Leonesidad en proceso de anulación, casi de exterminio. Lo triste es que se les haga el juego desde otras instituciones teóricamente leonesas. De otro lado, nos comentaba, un aficionado que a ver si el mundialito de Luchas Celtas de la Pola (mundial, europeo... o compadrero?) habría una mejor respuesta de público que en uno de los últimos «mundiales» disputado (?) en el Pabellón del Polígono X (por cierto que con un gran follón organizativo a cuenta de las clasificaciones, que no se aclaraban bien cual era el equipo ganador del concurso/festival). Seguro que esta vez lo llenan con los seguidores que dicen que traerán en vuelos especiales de medio mundo mundial... Lo que más chocante le resulta a este lector, es que pretendan homenajear a los veteranos de la Lucha Leonesa justo en una competición (?) de luchas donde no va a haber L.L. Si lo dejasen para dos días después, para el autonómico corro de San Villalar, podrían regalarles una bandera de la Autonomía (con castillito incluido) a cada veterano. E incluso tirar de autonómico talonario deslumbrador -y sobornador- con el tan bien se dejan seducir nuestros luchadores «señor». Y al que tan bien se pliega la territorialidad de la Federación Autonómica. Ay, la dependencia política a lo que obliga... a someterse. Verbigracia, también «palapola» el corro autonómico. Volviendo al certamen folklórico-luchístico, la política ha elegido para su ubicación una localidad «de tanta solera y tradición luchística» como Pola de Gordón. A unos pocos kilómetros, unos pocos kilómetros menos aislada, La Robla al menos viene montando su concurrido corro anual y se mantiene una cierta afición. Claro que ahí el alcalde es de otra guerra política y ni mucho menos es vicepresidente segundo de la Diputación. Todo (im) pura política. Propaganda política, cual caciquería de antaño. Sin escatimar medios, casi con ostentación económica. De nuevo, ay la dependencia política... a lo que somete. Desde el poder político. Nota en clave retroactiva. En la columna de la semana pasada aportábamos algunos testimonios en torno a las «variantes históricas del cinto». Uno de tales, extraído de la tesis de F. Javier G.ª Blanco, era el de Francisco López Alba (fundador y patriarca de la «Empresa López»), nacido en 1881: el año que aparecía impropiamente de 1991 sin duda fue desconsiderado sobre la marcha por el buen juicio del lector. A su vez el duende del periódico, en este caso en su perverso ejercicio de «saltador de línea», redujo y consecuentemente simplificó deformadoramente un texto que al completo exponía -Francisco López- que «él había luchado muchas veces con braga o calzón de estameña y que el cinto no se empezó a utilizar hasta mucho después...».