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Más sufrimiento innecesario (89-77)

El Climalia León tuvo que emplearse a fondo en los últimos minutos para dar la vuelta a un partido en el que el Tarragona llegó a acumular 21 puntos de renta al salir más centrado Los entrenadores:

Peterson forcejea con Marcus Vinicius en la lucha por un rebote

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Carlos Frá - león
León

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Quince minutos de juego y poco más. Eso fue lo que ofreció ayer al Climalia León y fue suficiente para sumar una nueva victoria a costa de un Tarragona, que sabedor de que tenía poco que perder aprovechó la «pájara» local en el arranque para establecer una renta realmente jugosa, que incluso superó la veintena de puntos. La diferencia entre ambas plantillas permitió al León dar la vuelta a las cosas a tiempo, con un guión ya visto esta temporada en el Palacio de Deportes, pero que tarde o temprano terminará pasando factura ante un rival mejor pertrechado que este Tarragona que malvive en la parte baja de la tabla. No obstante, el conjunto catalán ofreció una primera parte impecable. Aunque su entrenador Diego Ocampo había manifestado que su equipo venía a «entrenarse» para preparar otros partidos que tuviesen mayor relevancia para su equipo, en realidad traía bien preparadas las cosas y con su excelente trabajo defensivo paralizó totalmente las ideas al Climalia León en el arranque. A golpe de triple fácil, sin que nadie pusiese siquiera una mano delante, el Tarragona empezó a irse en el tanteador con facilidad porque el equipo local, contagiado de la temperatura, salió frío, insulso y sin tensión. Gustavo Aranzana se desesperaba, pero en el Palacio existía un convencimiento generalizado, dentro y fuera de la pista, de que era cuestión de tiempo que las cosas cambiasen y esa actitud no favorecía nada las cosas. La entrada del veterano Berni Álvarez -se fue con cinco tripes al descanso- empeoró aún las cosas y el Tarragona incluso elevó su renta en el segundo cuarto a los 21 puntos (26-47). Las rotaciones no habían permitido revivir al equipo leonés y pasado el ecuador de este segundo periodo tocó fondo y empezó a deambular por la cancha mientras el Tarragona sumaba un parcial de 2-19. Todo el mundo pensaba en el descanso y en la consabida «Gustavina» como único remedio para una situación que de momento no tenía solución. Y ese pensamiento incluso traicionó al propio Aranzana que se fue hacia el vestuario cuando aún faltaban 3,5 segundos por jugar y tuvo que ir su segundo Javi de Grado a buscarlo para que dirigiese el tiempo muerto pedido por el Tarragona y la última jugada. El conjunto catalán se fue al descanso con diez triples -no anotó más- y 42 lanzamientos a canasta mientras que por León sólo había estrenado Bulfoni el casillero de tiros de tres y el equipo había conseguido lanzar únicamente 24 veces hacia el aro del rival. El arranque del tercer cuarto fue bastante descorazonador. El Tarragona anotaba cómodo desde todas las posiciones y el León mantenía el tipo de mano de Hughes, bien asistido por Peterson, pero no reducía la ventaja. La zona como salvación En el ecuador del cuarto y con 43-62 en el marcador, Aranzana puso a su equipo en zona y el Tarragona se atascó. Bulfoni anotó cinco puntos consecutivos y las sensaciones cambiaron radicalmente. El León se fue hacia arriba de la mano de Bernabé y Bulfoni, y retornó el mejor Quinteros para rematar la faena con 18 puntos en el último periodo. Cuando el base situó las cosas en 64-63 con un triple el Tarragona se vino abajo y ya todo fue cuestión de que los minutos se consumiesen mientras el Climalia León incluso maquillaba el resultado en un auténtico paseo militar para ganar al final de doce.