La Deportiva paga el peaje de ser un club nuevo y modesto

Mucho se está hablando esta temporada de los arbitrajes porque ya son muchos los errores cometidos siempre en la misma dirección. Con ser doloroso, eso no es nada nuevo para un club modesto como la Ponferradina. Ya en Segunda B, los blanquiazules debían afrontar su condición frente a rivales con más solera, como el Burgos, Athletic, Salamanca, Valladolid, Real, Sporting o Alavés, representantes de capitales de provincia o filiales de clubes grandes. Ahora eso se dimensiona aún más porque cualquier rival de Segunda División le dice mucho más a un colegiado de lo que pueda transmitirle la Ponferradina, cuyo nombre no son capaces de pronunciar correctamente muchos de ellos. Quejarse no suele conducir a nada, a nada bueno por lo menos, así que sólo resta tragar saliva y dejar que sea la afición la que se manifieste en la grada, como hizo ante el Ciudad, con Garlito Rosado como objetivo. Se ensañan con ellos Eso hizo el riojano Caballero Herreros en Cádiz cuando protagonizó una «expulsión express» sobre Joaquín Bornes. El capitán vio dos amarillas en 18 minutos. Inaudito. Aquel día, como hasta ahora, de poco valieron las protestas de los jugadores blanquiazules porque a los árbitros les resulta más sencillo ensañarse con ellos. Conceden un gol que no fue Garlito Rosado concedió un gol de Quique Martín en el que la pelota no llegó a entrar en la portería. Dan otro gol en fuera de juego El árbitro no detuviera el juego con Gastón Casas en off-side antes de anotar Alfredo. Inventan un penalti en el descuento Todo apuntaba al 0-0 cuando el árbitro pita un penalti más que dudoso que Míchel convirtió ante Rubio. Gol anulado y penalti ignorado Con Nabil de por medio, en Las Palmas quedaron dos puntos. Anulan un gol legal de Risso El pasado domingo un árbitro canario impidió el triunfo blanquiazul.