Diario de León

Muchos aficionados a la pesca con mosca seca confeccionan sus cebos

Una muestra de montaje realizada por la saga Granizo de Benavides

Una muestra de montaje realizada por la saga Granizo de Benavides

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P. Vizcay - león
León

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Cuando apenas faltan tres semanas para que se inicie la temporada truchera los pescadores deportivos comienzan a revisar sus equipos, a clasificar sus moscas y a reponer las que se han ido perdiendo o deteriorando a lo largo de la anterior campaña. La mayoría de aficionados a la pesca con mosca seca han aprendido o están aprendiendo a confeccionar sus imitaciones y de ello dan fe las tiendas de material deportivo cuyo negocio se dirige, cada vez más, hacia los materiales de montaje. A la emoción que supone clavar una trucha utilizando tanto la mosca seca como la ahogada se suma, y así lo confiesan los pescadores que montan sus propias imitaciones, la ilusión de ser el autor del insecto artificial. A veces la trucha se resiste, rechazando el señuelo, y es preciso cambiar el mismo hasta dar con la imitación adecuada que no siempre es la que eclosiona. La imaginación del montador de moscas es muy rica y los materiales muy diversos: hilos de torzal o de seda, pelo de liebre o conejo, materiales sintéticos ... y, como no, la pluma. Las fibras procedentes de pluma de ave sirven para fabricar desde al torax, el abdomen, las antenas o las patas del insecto. Para todos estos menesteres se utilizan plumas de especies muy variadas que van desde el buitre, la garza, la perdiz parda, el pato o la becada entre otras. Las alas, sin embargo, son punto y aparte. Imprescindibles en la mosca ahogada, las plumas de los gallos de León lo son casi en las moscas secas. Tan sólo determinadas emergentes y algunas ninfas pueden montarse sin utilizar estas plumas cuyo brillo y textura atraen a las truchas más reacias a tomar el señuelo. Hoy en día las truchas son muy exigentes, no pican a cualquier mosca. Hace años era imposible ir al río, bajando éste en buenas condiciones, sin ver cebarse alguna trucha. Ahora todo es distinto. Cuando las pocas pintonas que se «ponen» a comer se muestran selectivas la eficacia de las moscas montadas con los pardos y los indios de León es incuestionable en mosca ahogada y tan sólo comparable a la de culo de pato en mosca seca. Disponer de una caja variada y bien nutrida es imprescindible para engañar a las truchas. Hay que utilizar, dependiendo de la eclosión de cada época desde una gran variedad de efémeras a los tricópteros de verano, pasando por las hormigas, los dípteros, las emergentes y ninfas en todos sus estadios madurativos. La entomología acuática ha dejado de ser una ciencia exclusica de los biólogos...

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