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El santuario del guerrero

Sergio Gallardo aprovecha la semana de vacaciones para reponer fuerzas en casa de su madre que posee un auténtico museo con los trofeos y medallas conquistados por su hijo

Publicado por
Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

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En pleno mes de marzo, Sergio Gallardo está disfrutando de una semana de vacaciones. Así es la vida de un deportista de alto nivel. Apenas siete días para reponer fuerzas en casa de su madre, disfrutando de una gastronomía tan rica como la berciana además, porque cuando llega la hora del entrenamiento (que es casi siempre en su vida) se acabaron las buenas viandas. El caso es que ya se sabía que Tere, su madre, atesoraba en su domicilio ponferradino toda clase de recuerdos relacionados con la carrera deportiva de su hijo, pero hasta la fecha, nunca había abierto sus puertas a los medios de comunicación. El pasado domingo accedió para que un equipo de Televisión Ponferrada compartiera con ella esos casi cuatro minutos interminables de la carrera que le proporcionó a su hijo el subcampeonato de Europa en Birmingham. Ayer quiso que este medio fuera testigo de todo el «arsenal» que conserva en relación con la trayectoria deportiva de Sergio. Camisetas, fotografías, recortes de prensa, cintas de video y audio, platos referentes a cada campeonato internacional y muchos objetos más se amontonan en el domicilio de Tere, en la parte alta de la ciudad. Sergio comenta con gracia: «Lo bueno de tener una madre así es que no tengo que limpiarle el polvo a los trofeos, porque de lo contrario acabaría regalándolos como hace Marta Domínguez». Tere se ríe mientras le observa orgullosa. Sergio calcula que debe tener más de 150 trofeos y más de 200 medallas. «Tengo muchas más en Valladolid (donde reside y entrena habitualmente) y menos mal que mi ex novia se ha quedado con unos cuantos trofeos porque si no tendría que comprarme una casa más grande para guardarlos», comenta el atleta. En la casa de Tere hay poco margen para nuevos galardones. Ella hace su vida en una salita muy acogedora que está repleta de trofeos. Pero es que luego nos enseña el salón principal de la casa en el que ya se agolpan diplomas, medallas, revistas, perdiódicos, en fin, la vida y milagros de Sergio paso a paso. La que más ilusión le hace es «la primera que gané en el colegio, cuando sólo tenía cinco años». Una de las principales obligaciones del atleta cuando sale de España consiste en hacerse con un plato recordatorio del campeonato en cuestión, para entregárselo a su madre. Así, posee varios de Goteborg, Budapest, China, Río de Janeiro, Bruselas, Moscú, Londres y un sinfín más. También conserva las equipaciones deportivas de su hijo, desde que empezó en el Club El Plantío, luego Endesa, Ponferrada Club Atletismo, Universidad de Salamanca, Fútbol Club Barcelona, Universidad de Burgos Incesa y ahora, el Nike Internacional. Hasta el lunes Sergio podrá seguir disfrutando de los botillos, pulpo y los dulces (dice Tere que es muy goloso) porque luego vuelve a la dura realidad del entrenamiento. Eso sí, mañana la afición de la Ponferradina volverá a homenajearle cuando realice el saque de honor del partido ante el Xerez.

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