Fútbol | Primera División
Messi le birla la victoria al Madrid en un partido vibrante
Los dos equipo muestran lo mejor del fútbol aunque ninguno logra derrotar a su gran rival
El Barça salvó los muebles en el tiempo de descuento gracias a un gol de Leo Messi que impidió la victoria del Real Madrid (3-3). La magia del argentino cerró un duelo enloquecido porque ambos equipos llegaba en un pésimo estado táctico y anímico tras sus derrotas en la Champions. Fue un derbi vibrante en el que ambos equipos disgnificaron el fútbol aunque al final ninguno de los dos lograron ganar a su gran rival. El partido mostró además los defectos del mejor Real Madrid de la temporada y de un Barça al que todas las encuestas daban por ganador pero que no logró vencer. Rijkaard puso por encima de su fidelidad al sistema el gusto por unos determinados jugadores. Quería a los tres bajitos, Xavi, Iniesta y Deco, sobre el césped para repetir el once de Anfield. Esa apuesta le salió muy cara. En doce minutos, un error de Thuram y la permisividad del centro del campo sobre Guti permitieron que Van Nistelrooy batiese por dos veces a Valdés. Al Real Madrid tampoco le iba muy bien al principio. Capello jugó con lo puesto. No tenía ningún as en la manga. El único, la titularidad de Higuaín. Los blancos se veían incapaces de parar las andanadas azulgrana. Torres se desenganchó de Messi y permitió que el argentino marcase su primer tanto de la noche. Doce minutos y mínima ventaja visitante con dos sistemas tácticos haciendo aguas. Pero pasado el vendaval, el partido tomó cuerpo. El Barça estaba acelerado. Loco por olvidar la eliminación europea, intentando golear a su máximo rival. Ese exceso de pasión provocó errores defensivos de entidad. Oleguer se llevó el premio. Con una amonestación en el bolsillo, la del penalti que cometió sobre Guti, el catalán se lanzó por Gago al filo del descanso provocando de forma justa su expulsión. Entre el segundo tanto de Van Nistelrooy y el suicidio de Oleguer, el Barça acumuló un sinfín de oportunidades. Casillas atajaba dos mano a mano ante Eto'o, Messi convertía su segundo tanto tras un rechace del portero madridista y el propio argentino e Iniesta se acercaban a la remontada azulgrana. El Barça era un vendaval ante un Madrid dispuesto a atajar al rival sin contemplaciones aunque Sergio Ramos se pasase un pelo con una patada sin sentido a Ronaldinho. Rijkaard acató la inferioridad con cordura. No más concesiones en defensa. Si el Real Madrid quería la victoria tendría que ir a por ella. Al holandés no le quedaba más remedio. Ese cambio de panorama metió el duelo en la lógica. El Barça languidecía por culpa del derroche físico provocando que los blancos cogiesen con mucha comodidad el mando sustentando en la capacidad de Higuaín para leer el partido. El Madrid caminaba con paso firme hacia la victoria aunque Van Nistelrooy topaba hasta en tres ocasiones con un Valdés que iba camino de convertirse en el héroe azulgrana hasta que Sergio Ramos le batió tras un buen cabezazo. El Barça sufría otro gol a pelota parada. Le quedaban menos de veinte minutos para el milagro. Con Messi y Ronaldinho desaparecidos, Iniesta cogió el timón azulgrana. Sus dos remates rozaron la igualada ante un Madrid que volvía a evidenciar su incapacidad para defender con criterio hasta que apareció un Casillas providencial desviando un potente remate de Márquez. Al meta madridista le iba a ocurrir lo mismo que a su homónimo en la portería azulgrana. Tanto iba el cántaro a la fuente que al final Messi pasó a la historia firmando un triplete en el tiempo de descuento que desencajó al Madrid. Un rostro que debió temblar de pánico cuando Diarra arriesgó con una entrada a Ronaldinho dentro del área que el árbitro Undiano Mallenco ignorar. Pese a ello, el colegiado tuvo una jornada apretada con más aciertos que errores. Fabio Capello, entrenador del Real Madrid, reconoció ayer que su equipo dejó escapar dos puntos en el Camp Nou ante el Barcelona al encajar un tercer gol en el tiempo añadido del partido. «Hemos tenido oportunidades clarísimas, pero el portero del Barcelona ha hecho varias paradas importantísimas y cuando enfrente tienes jugadores de la calidad de Messi o Ronaldinho puede pasar algo así», valoró. El italiano admitió que el Madrid pudo ganar «y por más goles de diferencia» en función de las ocasiones de que disfrutó en la segunda parte. Capello lamentó que el segundo gol del Barcelona llegase tras un saque de banda cuando, previamente, Casillas había devuelto la pelota al Barcelona para que un jugador fuese atendido. «Si es el portero quien tiene el balón habría que devolverle el balón al portero, no sacar de banda», dijo. Preguntado sobre si tenía la sensación de haber superado el examen del Camp Nou, Capello se mostró irónico con los periodistas: «Para vosotros, nunca apruebo», dijo. El entrenador del Barcelona, Frank Rijkaard, dio por bueno el empate al recordar que el conjunto azulgrana empató en los últimos instantes del partido y con un jugador menos por la expulsión de Oleguer. El holandés celebró el «crecimiento de la forma de jugadores como Eto'o o Messi», pero lamentó que, sin balón, el Barcelona tuviera «menos organización, por lo que ellos han llegado con facilidad y eso hay que corregirlo». Antes del partido no hubiéramos firmado el empate, pero ahora estamos contentos y creo que el empate se puede considerar un éxito», dijo.