El equipo acosa, pero no derriba

La Deportiva se había aplicado en los últimos tiempos a una máxima que debe proporcionarlo frutos a corto plazo. El principal objetivo del equipo era «blindar» a Rubio y se cumplió en Las Palmas y se volvió a ratificar en casa ante el Ciudad de Murcia. No ocurrió igual hace una semana en El Ejido, donde un error costó el tanto almeriense y un segundo despiste pudo costar la sentencia, si Tena no se tropieza con el poste después de rematar a placer en el interior del área tras el saque de una falta. Una semana después, la escuadra de Pichi ha vuelto a las andadas y concedió un gol a un equipo que apenas probó a Rubio. Sacó petróleo de un charco y a punto estuvo de llevarse los tres puntos, en lo que habría supuesto una injusticia deportiva manifiesta. Pero no está la Deportiva para lamentos y sí para tomar medidas. Por fortuna, tanto en Santo Domingo como en El Toralín, apareció la cabeza salvadora de Nabil Baha para minimizar los daños y gracias a eso todavía se mantiene vivo el sueño de la salvación. El mismo sueño que torna en pesadilla para Vecindario y Lorca con el paso de las jornadas. Que la Deportiva mantenga viva la llama de la ilusión dependerá muy mucho de las concesiones defensivas que siga haciendo, en vista de que el gol está tan caro como siempre, excepciones a parte. Y es que tampoco arriba se palpa material suficiente como para pensar en milagros. El equipo vive en función del acierto que tenga su único exponente ofensivo habitual, con el que mejor le habrían ido las cosas si hubiera llegado el pasado verano. Ahora bien, resulta increíble que la Deportiva carezca del sentido común suficiente como para entener que con un hombre así, e incluso con el aporte adicional de Risso cuando había que jugarse el todo por el todo, no sean capaces de suministrar balones al corazón del área en condiciones de ser rematados por Nabil o por el uruguayo. Ayer, salvo el centro del gol que hace Cifuentes y otro envío de Fuentes por la izquierda, no hubo ningún otro con criterio. Rubén puso dieciocho servicios y todos a la altura de la cadera, presa fácil para los zagueros. Bueno, queda un centro de Fran en el primer tiempo que Rubén cabeceó sin precisión. No todo es defender.