«Pau Gasol es muy ambicioso y no parará hasta conseguir el anillo»

El gallego Pepe Casal se ocupa actualmente de la preparación física de los árbitros de la ACB y es el entrenador personal de Pau Gasol en Europa, por lo que cada verano se traslada a Barcelona para trabajar con el de Son Boi desde abril a septiembre. El ex entrenador del Obradorio es uno de los pioneros de la preparación física en el baloncesto profesional español y se ha ocupado de esta cuestión en varias selecciones españolas y en equipos como el Barcelona. Hoy acude, invitado por Felipe Llamazares, al antiguo Inef (17.00 h.) para participar en una charla-coloquio sobre su especialidad. -¿Cuáles son sus objetivos de este encuentro con los alumnos de Educación Física de León? -Me han pedido que dé una charla sobre la preparación física, pero lo importante será el coloquio que se abra después. Me han pedido que hable de la preparación física en el baloncesto en plan generalista, pero que también explique cómo es la preparación física en el arbitraje y un poco que plantee un caso práctico sobre cómo mejorar el movimiento de los pies. -En su trabajo con el arbitraje en la ACB, ¿qué es lo que está intentando aportar? -El objetivo es darles ideas útiles. En general los árbitros son un colectivo que estaba preparado, pero cada uno a su estilo porque lo hacían con las ideas que tenían o que les daba alguien. Lo hacían sin profundizar en qué necesitaban realmente. Hace unos años me pidieron que preparase el tema y a través del vídeo estudié sus movimientos en la pista para conseguir elaborar unas conclusiones que llevé a sus stages de preparación. Estamos unificando los criterios, porque el árbitro no tiene que ser un maratoriano ni tampoco un tío cachas que levante pesas. Me preocupa que en el último segundo del partido sea capaz de seguir a Juan Carlos Navarro en un contraataque para ver si hay falta o no la hay. Ahora, a través de internet y de correo electrónico les facilitamos un plan de entrenamiento personalizado de acuerdo con sus posibilidades, porque unos pueden trabajar dos días a la semana, otros cuatro, otros tres... Unos son jóvenes, otros veteranos... Los de la Euroliga tienen menos tiempo por los viajes... Intentamos adaptar el plan a cada situación. -¿En el mundo del baloncesto es más fácil el papel de un preparador físico porque los jugadores son más receptivos que en otro tipo de deportes? -El baloncesto fue pionero en la preparación física. El primer especialista fue Lombau y el segundo creo que fui yo. En el baloncesto existen muchos años de tradición. Hoy en cualquier deporte se acepta sin problemas, aunque es verdad que en unos se trabaja más y en otros menos. Recuerdo en una concentración con la selección sub 22, que estando en Guadalajara llevamos a los chavales a ver un entrenamiento de la absoluta de voleibol, que preparaba los juegos de Barcelona 92. Les planteamos que su trabajo ese día era ese, ver el entrenamiento para asimilarlo y que saliesen concienciados. Era un grupo que no estaba acostumbrado al trabajo en juveniles o júnior, y les costaba asimilar que eran necesarias tres sesiones al día para preparar los campeonatos de Europa, en los que teníamos que jugar contra Rusia y Yugoslavia, cuando esos países eran lo que eran antes de dividirse. España tenía entonces que defender, presionar y trabajar mucho porque sus pívots eran más bajos, con la excepción de Romay, y luego de Fernando Martín y Jiménez. Y además eran muy inferiores físicamente. La de Epi y Solozábal ha sido una de las mejores generaciones, pero en el este de Europa la condición física era muy superior. Creo que en el baloncesto existe una gran tradición de trabajar mañana y tarde, incluso tres sesiones son habituales. En el baloncesto esto es normal pero en otros deportes no están acostumbrados. -Cada verano dirige la preparación física de Pau Gasol, ¿cómo le surgió esta oportunidad? -Yo era el preparador físico del Barcelona, porque me lo encargó Aito García Reneses. Me ofreció una gran oportunidad cuando me llamó y me dijo que tenía dos chavales muy buenos, pero que físicamente eran dos castañas. Me dijo que si mejoraban serían muy buenos, y que para eso me necesitaba. Eran Pau Gasol y Juan Carlos Navarro. Estuve como preparador del Barcelona en las temporadas 1999-2000 y 2000-2001 y me quedé un tercer año porque contaba con seguir con Gasol, pero fue cuando se fue a la NBA, con gran dolor de mi corazón. Sólo él estaba convencido de que le iba a salir bien y le salió de verdad. Luego, cuando volvió, estaba aún abierta la herida por su salida con la cláusula y no quería nada con el Barça por lo que empezamos a trabajar en solitario. Cada año, desde finales de abril estoy con él en Barcelona hasta que se va a la selección o de nuevo a la NBA. Este año en el Mundial de Japón no pude estar porque opté por dedicar un mes a mi familia. El verano anterior estuve en Barcelona con Pau cuatro meses y medio, desde finales de abril hasta el 26 de septiembre, porque renunció a la selección, y creo que le debía unas vacaciones a mi familia. Vi el oro de Japón en la playa aunque me hubiera gustado estar allí. -¿A qué le daría más valor Gasol, al oro que consiguió en Japón o un futuro anillo en la NBA? -Ahora que tiene el oro, su objetivo es el anillo. Es un jugador muy ambicioso en lo deportivo, muy ambicioso en el buen sentido de la palabra y no parará de luchar hasta que lo consiga. No tengo ninguna duda. -Este ha sido un año especialmente duro para Gasol en Memphis... -Creo que ha sido el año más duro de su vida deportiva. Se generó a su pesar un gran jaleo por una manifestación que hizo a un dirigente de su equipo sobre que le gustaría tener una mayor altitud de miras. Eso se filtró y fue cuando se montó el jaleo. Conociéndolo lo ha tenido que pasar muy mal. Es una persona sentida e inteligente, y creo que lo sigue pasando mal. El problema se ha ido tranquilizando poco a poco, pero el año pasado, con Gasol jugando a tope Memphis se metió en los play off, y éste sin Pau no han hecho nada. Él ha tenido un rendimiento bueno en general desde su regreso, pero no son capaces de hacer nada. Todo esto dice que el equipo no tiene el nivel que debería tener para competir. -¿Cuál es la actitud de Gasol hacia el trabajo físico en pleno verano? -En las vacaciones hay que trabajar lo justito para mantenerse bien. Tenemos una negociación y una lucha cada día en el calentamiento, pero luego él se pone las pilas y es superprofesional. Me dice que está supercansado, que tiene muchos actos, que su vida es un desastre, que no tiene ratos tranquilos... a ver si me apiado. Pero es justo decirlo, siempre hace lo que tiene que hacer. Hay ejercicios fáciles y otros más duros, y en estos momentos se hace más duro el trabajo para dos personas solas. Es difícil estar corriendo para mantenerse en el umbral de las 170 pulsaciones junto a un señor pequeñito y con barba como yo, y seguir y seguir dándole caña, en comparación a hacerlo con otros cinco compañeros o defendiendo en un partido. El trabajo es realmente difícil a veces. -Se suele decir que Pau Gasol es una «gran» persona... -La cualidad más importante de Pau es que es muy inteligente y tiene la cabeza muy bien amueblada. Es un tipo sencillo, que va con su camiseta y su pantalón corto. Nunca se le ve con un superreloj de muchos millones, ni enjoyado, ni vestido con 24 cosas raras... Cuando tiene que ponerse el traje se lo pone, pero en su vida normal es muy sencillo y mantiene los mismos hábitos. En Barcelona come donde lo hacía cuando era júnior. A la gente le extraña cuando se lo cuento, pero vamos a diario a un sitio a comer el menú del día, que el verano pasado había subido hasta los ocho euros. Es un sitio supermodesto con su mantel de papel, y con una comida casera y un trato agradable, y a él no se le caen los anillos.