El lucio finaliza su ciclo reproductivo
Pese al temporal de frío y viento con que se ha despedido el invierno la pesca del lucio está dando magníficos resultados. Las últimas semanas de febrero y las primeras de marzo no suelen resultar positivas para la pesca del lucio, especialmente en lo que se refiere a las grandes capturas y es que se encuentra en pleno ciclo reproductivo. Esta especie presenta un acusado dimorfismo sexual de forma que los machos alcanzan un tamaño mucho menor que las hembras por lo que, las mayores capturas, suelen ser hembras. Desde finales de febrero el proceso de maduración de las huevas ha alcanzado su punto óptimo, por lo que se inician los movimientos hacia las zonas de freza, lugares con aguas remansadas, de una cierta profundidad, y provistos de vegetación subacuática a la que fijarán su puesta formada por enormes racimos de pequeñas huevas de color salmón. Cada hembra suele ir acompañada de un cortejo de machos, alguno de los cuales acabará irremediablemente siendo devorado tras la fecundación, pues esta especie practica el canibalismo. Durante el proceso de freza, que dura entre dos y tres semanas, las hembras apenas se alimentan, por lo que resulta muy difícil conseguir que piquen. Los machos, sin embargo, si que se muestran activos, no tanto por la necesidad de alimentarse como por la agresividad natural en época de celo. Concluida su fase reproductiva las hembras, que han perdido hasta un tercio de su peso, necesitan alimentarse para recuperar su vitalidad. Éste será sin duda el mejor momento para capturar los grandes lucios. Pese a que a principios de abril se abre la pesca de la trucha y que una buena parte de aficionados prefieren dedicar su esfuerzo a la captura del preciado salmónido nunca faltan aficionados que buscan los grandes peces . En todo caso conviene recordar que el comienzo de la temporada truchera no es, necesariamente, la mejor época para obtener capturas y si lo es para el lucio. La especialización que muchos aficionados han conseguido para la pesca del lucio es notable. Cañas, señuelos y técnicas han evolucionado hasta el punto de que puede afirmarse con rotundidad que en León hay muy buenos pescadores. En esta temporada parece que el número de capturas es ligeramente superior que en anteriores campañas. Se da la circunstancia de que cada vez son mas los aficionados que practican la pesca sin muerte del «tiburón de río», lo que enerva sobremanera a los pescadores tradicionales. Las poblaciones de lucio sufren ciclos muy acusados y dependen, en buena medida, de la cantidad de peces disponibles de otras especies, ya que si no abundan recurren al canibalismo. La presencia masiva de cormoranes en los cursos bajos del Esla y del Órbigo, han supuesto sin duda una dura competencia para él, pues compiten por las mismas presas y, en ocasiones, los cormoranes capturan también lucios de tamaño mediano.