Diario de León

Juego latino basado en toque y paredes

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El seleccionador danés, Morten Olsen, tiene claro que el equipo no se puede atar a un croquis táctico concreto. Sus jugadores son contrarios al esquema futbolístico de sus vecinos escandinavos. A ellos les va más el juego latino de toque, paredes y gambetas. Lejos queda ese fútbol de patadón tan propio de las islas británicas y del norte de Europa. Dinamarca es la antítesis de esa concepción. Sin embargo, Olsen tiene que parar los pies a sus muchachos, como en su momento hizo Sepp Piontek en su época de jugador. En los 80, la dinamita roja volvía locas a las defensas con su velocidad y verticalidad increíbles. Era un equipo lanzado al ataque, que tenía su talón de Aquiles en la defensa. Su blandura permitió a España, por ejemplo, vencer por goleada en el Mundial de México. Ahora Olsen está empeñado en no dar tantas facilidades al contrario, sin restar eficacia atacante a sus hombres. Así, seis hombres se encargan de defender y cinco llevan las operaciones atacantes, en una clara separación de funciones. Atrás, el portero del Aston Villa, Sorensen, es intocable. Como la gran mayoría de los guardametas nórdicos, es muy seguro por arriba y le cuesta ir al suelo. La defensa está formada por el núcleo duro del Copenhague: Jakobsen y Niclas Jensen en los laterales y Gravgaard en el centro. El otro central es Agger, uno de los descubrimientos de Rafa Benítez para el Liverpool y ex del Brondby. Jugadores fuertes, muy técnicos y que no se suelen complicar la vida para sacar el balón del área. El sevillista Poulsen es el nexo de unión entre las dos facciones. Se convierte en el quinto defensa cuando la situación lo requiere y es el primero en sacar la pelota para dársela al ex pimentonero Daniel Jensen, el distribuidor del juego nórdico. A pesar de tener futbolistas que distribuyen bien el balón, a Dinamarca le cuesta llevar la responsabilidad del partido. Lo demostró contra Irlanda del Norte, a la que fue incapaz de ganar en Copenhague. Los británicos se encerraron en su campo y aguantaron así los 90 minutos. Por delante, Tomasson comanda a los cuatro hombres encargados de hacer gol dentro del engranaje danés.

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