A cara o cruz ante Dinamarca

Como anuncia Luis Aragonés, no vencer este sábado a Dinamarca sería la hecatombe. La dura resaca del Mundial, el batacazo de Belfast y la derrota en Suecia han llevado a España a una situación límite, a tener que afrontar un match ball en contra, con el saque y el campo a favor. Si gana, sólo habrá cumplido con su obligación y mantendrá esperanzas. Si no supera a los vikingos en un abarrotado Santiago Bernabéu, habrá dicho casi adiós a sus opciones de competir en el Europeo que coorganizarán Austria y Suiza en el verano de 2008. Todavía quedarían ocho partidos y un año de fase de clasificación por delante, una travesía en el desierto para el combinado nacional, que, ya con otro seleccionador, agonizaría pendiente de algún milagro. LLegados a este punto sin retorno, ganar es cuestión de supervivencia. No queda otra porque pasan dos y no hay repesca. Con sólo tres puntos en tres partidos, y suecos, daneses, norirlandeses y hasta letones mejor clasificados, sólo el triunfo devolvería a España el alma arrebatada por Francia en Hannover. Luis sabe que un resultado adverso le dejaría sin trabajo. Es ley de vida, máxime para un entrenador de 68 años, con más de 800 partidos a sus espaldas. El órdago es más importante para un país que presume de tener la mejor Liga del mundo, que ha competido en los últimos ocho Mundiales y que no se pierde una Eurocopa desde la de Suecia'92, donde los daneses llegaron como invitados por la expulsión de Yugoslavia y resulta que se coronaron reyes continentales. Tras diversas probaturas en la enajenación postmundialista, Luis vuelve a un 4-4-2 clásico, aunque sin extremos puros. Iniesta es mucho más un pasador que un hombre de banda, pero en el Barça ya acostumbra a asociarse con sus compañeros desde cualquier posición. Y Silva puede romper desde la cal, porque es osado y posee desborde, pero prefiere tirar diagonales y venirse hacia la media punta. Xavi, el organizador por excelencia, jugará un papel fundamental para que Villa y Morientes, si el extremeño no se resiente de la sobrecarga o del juanete que le obliga a jugar infiltrado y con la bota rota, muestren su olfato de gol. Como alternativa quedaría la velocidad de Fernando Torres, a quien se le da de pena Chamartín. Como ocurrió en el balsámico triunfo de Manchester, ante Inglaterra, el de Hortaleza confía en el bloque del competitivo Valencia. Albelda será el encargado de recuperar el balón, de hacer esa falta táctica que tanto echó de menos España en ese lastimoso choque ante los franceses. España: Casillas, Ángel, Navarro, Marchena, Capdevila, Iniesta, Albelda, Xavi, Silva, Villa y Morientes Dinamarca: Sorensen, Jacobsen, Gravgaard, Agger, Niclas Jensen, Daniel Jensen, Poulsen, Jorgensen, Rommedahl, Tomasson y Kahlenberg Árbitro: Massimo Busacca (Suiza) Estadio: Santiago Bernabéu (22.00 TVE 1)