Fútbol | Pre-Eurocopa 2008
El plan Mestalla salva a una España miedosa
La selección sufrió mucho para vencer a una Dinamarca que jugó 71 minutos con diez
Gracias a la fiable pareja de ataque del Valencia y a la expulsión del danés Niclas Jensen con 70 minutos por delante, España evitó la debacle ante Dinamarca. Los hombres del atribulado Luis se mantienen con respiración asistida en la fase de clasificación para la Eurocopa, pero desperdiciaron una ocasión para firmar un triunfo rotundo que les hubiera rehabilitado. La selección ganó pero sigue gravemente enferma, incapaz de darse una fiesta y recompensar a su sufrida afición. Le falta carácter y autoestima para manejar las situaciones y carece de grandeza para comportarse como un equipo fiable. Sin motivo aparente, se desorienta y cae presa del caos. La segunda parte, que comenzó con 2-0 y uno más y acabó con todo tipo de artimañas para perder tiempo, fue una calamidad. Y los cambios defensivos del técnico sólo metieron más miedo en el cuerpo de los inseguros jugadores. En realidad, el arranque del duelo ya sembró de preocupación el Bernabéu, ya que la selección confundió la rapidez con las prisas, la obligación con la ansiedad. Ante un rival muy bien plantado, fiel a su estilo, con buen toque, defensa adelantada y gran presión sobre Albelda, el más flojo técnicamente del mediocampo español, la tropa de Luis sufrió para imponer su dominio. Muchos desajustes Desajustes, malos pases, pérdidas de balón e indiscutible sensación de superioridad nórdica. Mientras los españoles sufrían cortocircuitos, sin encontrar la jerarquía de Xavi e Iniesta, y caían en tres fueras en menos de un cuarto de hora, los daneses completaban un par de combinaciones que causaban inquietud en la improvisada y nerviosa zaga española. Algo que tenía que ocurrir para que el decorado cambiara. Una acción aislada, un balón parado o algunos de esos regalos que, históricamente, Dinamarca brinda con generosidad a España. Y sucedió que Niclas Jensen, un lateral zurdo que inició el declive en el Copenhague tras abandonar el Fulham, hizo dos faltas tontas casi consecutivas que le costaron la expulsión. Sólo tres infracciones habían cometidos los vikingos y, de pronto, se veían con uno menos. Busacca, el colegiado suizo, no lo dudó un instante y aplicó el reglamento a rajatabla. Si siempre se interpretase la normativa así, Cannavaro, por ejemplo, no terminaría un partido. Con una hora larga por disputar, comenzaba otra noche, en teoría ya muy favorable. Morten Olsen intentó arriesgar con una defensa de tres, pero su equipo dejó de presionar arriba, se vino atrás, buscó mantenerse contra las cuerdas y eso supone un máximo riesgo. Dos remates de Morientes y otro de Villa en apenas un minuto presagiaban el gol, que llegó en una acción bellísima. Iniesta se vino al medio, vio un desmarque del Moro, le dio un pase maravilloso y el extremeño marcó como los grandes delanteros, sin que le temblara el pulso y tras un preciso recorte. Hasta el descanso, España se tranquilizó y disfrutó de sus mejores minutos con el balón. Un certero disparo de Xavi obligó a lucirse a Sorensen, y, en la última jugada, los zurdos encontraron a Villa, otro seguro de gol cuando recibe en condiciones. Dejó tieso al central, se internó y elevó sobre la salida del portero. Con 2-0 y contra diez, tendría que ser coser o contar. España salió con la caraja en la reanudación. Un error imperdonable en una selección que pretende competir contra los grandes. En tres minutos, el murciano Daniel Jensen lanzó al palo y el fornido Gravgaard marcó al cabecear un saque de banda. Luis, cabizbajo en el banquillo, ni se lo creía. A los españoles, incluido el técnico, les entró un ataque de pánico. El de Hortaleza recompuso el equipo retirando a Xavi y a Morientes. Con Xabi Alonso y Torres, el técnico buscaba más pase largo, más profundidad, más físico, más equilibrio defensivo. España se salvó, pero tuvo que sufrir y mucho hasta el final del partido.