«El trabajo en el deporte base es duro, pero muy gratificante» La cantera del León no pudo con el Lucentum en la final de la cuarta concentración

Después de 34 años dando clase en el Colegio Leonés y algunos más entrenando equipos, Pepe Estrada recibirá próximamente la medalla de oro al mérito deportivo de la Diputación por su trabajo con la base. Por sus manos han pasado cientos de chavales y es un hombre clave para entender la promoción del baloncesto en León. -¿Desde cuándo está Pepe Estrada en el baloncesto? -Cuando estudiaba en el seminario, como era muy alto empecé a jugar, porque era cuando empezaba a haber canastas. Hace 45 años. No era bueno, pero era alto y fuerte, y saltaba mucho. Era duro porque la gente de pueblo siempre somos más resistentes. Luego jugué en la OJE, en el Ademar un año que tuvo equipo de baloncesto y en el Loyola. Jugaba y empezaba a entrenar. Con 18 años entrené a un equipo de chicas de la residencia de las Dominicas. Después entrené en la OJE y después en el Colegio Leonés, y ya empecé como profesor. -Y fue el primer entrenador de Baloncesto León... -En el equipo fui el primero en casi todo, aunque oficialmente no figure entre los fundadores. Yo lo promoví y lo fundaron cinco o seis personas. Fui entrenador de la primera plantilla tres años, hasta que llegó el cáncer y tuve que dejarlo. -Fue su etapa más dura... -Tuve que luchar mucho y la enfermedad me marcó, me hizo ver las cosas de otra forma. -Pero volvió al deporte... -Tengo una anécdota. Estaba ingresado en el hospital Gregorio Marañón de Madrid, y los viernes pedía el alta para venir al colegio y entrenar por la tarde. Entrenaba el sábado y el domingo por la mañana, para ingresar de nuevo por la tarde. Creo que fue la mejor terapia porque me pasaba la semana pensando en que tenía que volver a León a entrenar. Después los chicos me confesaron que siempre pensaban que era el último fin de semana... -¿El trabajo en el deporte base es tan ingrato como se dice? -Yo no me quejo, porque no es la primera distinción que recibo. Creo que con cada medalla se reconoce el trabajo de muchísima gente en la base y especialmente en los equipos del Colegio Leonés. -En León tiene que ser especialmente duro entrenar en un colegio con el frío del invierno... -Sí. Es duro y más cuando no tienes buenas instalaciones. Hace frío y tienes que preocuparte de todo. No hay infraestructuras buenas y tienes que ocuparte del agua, de las lesiones, de los exámenes de los niños... Pero es muy gratificante. -Tiene fama de ser muy duro... -Intento predicar con el ejemplo y siempre voy por delante. Hay que ser duro porque en caso contrario no se conseguiría nada. El número de jugadores es reducido y es necesario suplir las carencias. -¿Han cambiado los niños tanto como se dice? -No tienen nada que ver los de antes y los de ahora. Tengo entrenadores conmigo que fueron jugadores y lo dicen, que los niños cambian de año en año. Dan un vuelco terrible. La sociedad ha cambiado y creo que el deporte es un valor social muy grande. Tenemos que asumir que es un medio de formación. -¿Qué jugadores le han marcado en lo deportivo o en lo humano? -Recuerdo cientos de nombres. Los chavales son muy agradecidos y aunque como les exiges tienes enfrentamientos, al final queda un recuerdo imborrable. Creo que cada partido, cada jugador marca. Te dan muchas alegrías cuando te los encuentras. -Pero habrá un jugador del que esté especialmente orgulloso... -El que más arriba ha llegado es Óscar Yebra. Era buen jugador, pero no el mejor del equipo. Lo que tenía era una gran espíritu de sacrificio. -Recuerda el día del ascenso... -Soy malo para las fechas, pero recuerdo que me hizo mucha ilusión. Estaba en primera línea. -Y recordará otros éxitos... -Tengo la suerte de que han sido muchos los momentos bonitos, como cuando ganamos el primer campeonato de España al Barcelona en Granada, o cuando jugamos el primer campeonato del mundo escolar, o cuando fuimos a los juegos internacionales de la Fisec (Federación Internacional del Deporte de la Enseñanza Católica). El equipo sub 20 de Baloncesto León no pudo ayer completar su excelente papel en la cuarta concentración del Circuito sub 20 que se ha desarrollado en los últimos días en la localidad alicantina Alcoy, al caer en la final ante el Euromarina Lucentum de Alicante por 48-45. Hasta la jornada de ayer, el equipo leonés contaba como victorias los partidos disputados en esta cuarta concentración del circuito que organizan conjuntamente la Federación Española y la ACB para promocionar las canteras del baloncesto nacional. El domingo el sub 20 de Baloncesto León ganó al Telde en la prórroga por 68-75, con una gran actuación del escolta Rubén Pino, que anotó 22 puntos y cogió 8 rebotes. El lunes el equipo leonés se enfrentó al Unelco Cajacanarias y consiguió una victoria muy amplia (76-54) gracias a la aportación del ala-pívot Fernando García (14 puntos y 10 rebotes) y de otros hombres altos como son David Sánchez y Diego Fernández, ambos también con catorce puntos. Y ayer en la final ante el Lucentum, en horario matinal, el lanzamiento exterior no estuvo acertado y un pobre balance de 2/13 condenó al sub 20 de Baloncesto León a intentar una remontada final que no llegó a completar (48-45), aunque su actuación fue en conjunto buena como prueba que en valoración fue mejor que el rival (40-41). El primer equipo, hacia Melilla Mientras, el primer equipo del Climalia León prepara el partido del viernes en Melilla. La normalidad es total en el equipo y sólo algunos jugadores arrastran algunas molestias. El equipo viajará el jueves hacia la ciudad norafricana y tiene programada su próxima cita ante la afición en el Palacio de Deportes el Miércoles Santo, con el líder Lobos Cantabria como rival. Después habrá un parón de diez días y a León le tocará viajar a Lugo y recibir al Drac Inca, para concluir la fase regular en la pista del Lleida.