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Iniesta evita el naufragio de España (1-0)

La selección lavó su imagen, pero su falta de pegada le hizo sufrir ante la defensiva Islandia Fernando Morientes sufre una luxación de hombro bajo el diluvio

El centrocampista de la selección española Andrés Iniesta (abajo) es felicitado por sus compañeros

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Ignacio Tylko - palma de mallorca
León

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España agonizaba contra los elementos. Jugaba muy bien, tiraba de manual para derribar el autobús islandés pero se veía impotente para acertar en el disparo y veía escaparse el Europeo en el horizonte. El tal Arason, un portero que fracasó en el Manchester City, lo tapaba todo y, encima, el árbitro francés se aliaba con las huestes nórdicas. Faltaban sólo 11 minutos y los españoles estaban al borde de un ataque de nervios. Pero Villa metió un balón de oro a Iniesta, a quien no le tembló el pulso para definir con grandeza y rescatar a la selección del naufragio. El merecido y ansiado gol fue festejado como si fuera un Mundial. El sueño se mantiene, al menos hasta que en junio se visite Letonia. Esta selección está condenada a sufrir y se pelea hasta con la meteorología. La Federación y Luis convinieron que la cálida Palma era la ciudad ideal para recibir a la gélida Islandia en primavera. Una decisión irreprochable. Pues bien, fue aterrizar la tropa española en Baleares y caer el diluvio universal. Aunque los buenos ejércitos saben derrotar a los elementos, el agua fue un hándicap. Dificultó el toque fluido español, benefició la estrategia defensiva de los toscos vikingos y enfrío a la afición, que se merece un monumento por rozar el lleno en una noche de perros. Pese a las dificultades del terreno, con unas zonas en as que el balón se detenía y otras donde salía disparado, Luis no modificó el plan. Salió con lo anunciado y castigó a Ángel y Javi Navarro a la grada. Frente a un rival que metía diez hombres por detrás del balón, se trataba de tener paciencia, de tocar, tocar y tocar, de entrar por banda, de moverse arriba y, sobre todo, de aprovechar las oportunidades. Asedio El arranque fue mucho mejor que ante Dinamarca, más equipo que Islandia de aquí a Lima. Se notaba sobre todo la presencia de Sergio Ramos, con casta, empuje y hasta cambios de juego sorprendentes, en plan Schuster. Dirigida por Xavi e Iniesta y con Silva pujante, parecía que España se merendaría a los nórdicos en cuanto abriera la lata. Pero arreció la lluvia, el campo se puso peor mediada la primera parte. Podrían surgir dudas. De todos modos, España debió irse a los vestuarios en ventaja. No pudo porque Arason emergió. Desvió un remate de un defensa instantes antes de que Morientes se luxase el hombro, y un tiro de Villa, quien también estrelló un balón en el larguero. Islandia estaba contra las cuerdas. Era un asedio, las ocasiones se sucedían, pero no había forma de hincarles el diente. Llegó un polémico gol anulado a Silva. Podían llegar los nervios, la precipitación, la desesperación. Pero España mantuvo la calma y al fin halló la recompensa. Villa vio a Iniesta y el manchego definió como los ángeles. España recupera credibilidad y sigue enganchada a la Eurocopa. ¡Qué tensión! Otros resultados del grupo F: Irlanda del Norte, 2-Suecia, 1 Liechtenstein, 1-Letonia, 0

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