Se inicia la temporada truchera con los ríos altos y las aguas frías
Malas condiciones para la mosca artificial y buenas expectativas para el cebo natural Un deporte todavía asequible
Por fin el domingo uno de abril la gran mayoría de pescadores leoneses, a los que se sumarán cientos de aficionados de otras provincias, volverán a encontrarse con el río. Alguno ya lo ha hecho con resultados bastante decepcionantes en Galicia o en Asturias, que han abierto con dos semanas de antelación. La afición por la pesca en León sigue siendo mayoritaria a pesar de que conseguir el preciado salmónido resulta cada vez mas difícil. La jornada de apertura, vengan los ríos como vengan, reúne año tras año a miles de aficionados que, en los tramos libres, llegan a colapsar las márgenes desde las primeras horas de la mañana. Quienes han tenido la fortuna de conseguir un acotado para esta primera jornada lo tendrán mas fácil, ya que aquí el número de pescadores es limitado y sobran «tiradas» sin necesidad de convertir la pesca en una competición por llegar el primero. En todo caso conviene recordar que para esta campaña se han reducido los cupos a cuatro truchas por pescador y día, tanto en los tramos libres como en los acotados de régimen ordinario. En los cotos sin muerte el número de capturas será cero y en los intensivos se mantiene el cupo de seis ejemplares. Las condiciones con que discurren los ríos de cara a la pesca pueden calificarse de malas. La última nevada mantiene unos caudales medios-altos y, lo que es peor, aguas muy frías procedentes del deshielo. El agua fría contiene poco oxígeno disuelto y las truchas, que además todavía no se encuentran totalmente repuestas tras el desgaste que suponen las frezas, reducen su actividad y apenas se alimentan. Para pescar a mosca es preciso que las «pintonas» estén puestas a media agua o en superficie, para tomar los mosquitos que eclosionan en determinados momentos. Aguantar la fuerza del agua en el cebadero es misión imposible durante mucho tiempo, por eso y caso de ponerse, lo harán durante escasos minutos en las horas centrales del día. El resto del tiempo permanecerán empozadas en zonas tranquilas o en rizos con poca corriente donde el agua «no tire» en exceso. Tampoco se desplazarán para buscar el cebo si ello requiere un esfuerzo suplementario. La cantidad de alimento que toman con las aguas tan frías es escasa pues tampoco pueden digerirla. Desembalses y cebos La provincia de León cuenta con numerosos embalses que regulan los ríos desde su cabecera. Cuando los cauces de montaña discurren altos y con aguas frías siempre queda el recurso de pescar en los ríos regulados, más seguros al comienzo de temporada cuando todavía no se ha iniciado la campaña de riegos. En esta temporada, sin embargo, la norma se rompe. Con los pantanos al límite de capacidad hace semanas que desembalsan toda el agua que reciben e incluso mas. Todos los embalses leoneses, incluido el de Villameca, superan actualmente el 90 % de agua retenida. En estas condiciones y teniendo en cuenta que en un régimen pluvio-nival el mes de abril suele aportar mucha agua el margen de seguridad es el mínimo que exige la prudencia. Tanto el Luna-Órbigo, como el Esla o el Porma discurren con caudales altos y aguas verdosas, lo que no favorece la pesca con mosca. Únicamente los ríos bercianos presentan mejores condiciones pues aquí la nieve es menos persistente y el río Sil cuenta con numerosos pantanos a lo largo de todo su curso y la regulación es mayor. El cebo natural será, como cada inicio de temporada, el arte que proporcionará mas y mayores capturas. Las crecidas limpian los fondos y arrastran el cebo por lo que las truchas no extrañarán una lombriz o un gusarapín bien presentado. El interés de los pescadores de mosca choca abiertamente con quienes practican el cebo natural ya que, los primeros, son partidarios de retrasar la apertura hasta que las condiciones del río mejoren. También son partidarios de retrasar la fecha de cierre, ya que los meses de agosto y septiembre son los mas favorables para este tipo de pesca. En todo caso quienes practican la pesca con cebo natural deberán conocer las limitaciones que la normativa aplica a esta práctica, especialmente la lombriz prohibida en todos los acotados y muchos tramos libres, especialmente las cabeceras de los ríos. Otro señuelo que, sin ser especialmente efectivo, puede dar buenas capturas en este comienzo de temporada es la cucharilla. La eficacia de este señuelo artificial radica en su manejo. Cucharilleros hay muchos, que pesquen bien muy pocos. El buen pescador de cucharilla debe tener gran precisión en el lance y la caña deberá convertirse en una prolongación del brazo. En todo momento la cucharilla debe «sentirse», saber a que profundidad trabaja y si va alegre o forzada. Contracorriente es muy difícil que la trucha pique. En todo caso siempre hay alguna que toma el señuelo y anima al pescador, especialmente en estos primeros días cuando están mas confiadas.