El calendario se alía con España y le salen las cuentas para ser líder de grupo

La noche y el día. Dos sufridos triunfos consecutivos y los errores de terceros permiten que a España le salgan las cuentas incluso para terminar líder de grupo. Ya sin tanta agonía y con el técnico afianzado en su puesto, la selección podrá disfrutar de un par de largos meses de paz, hasta las nuevas finales que afrontará en Letonia y Liechtenstein, el 2 y 6 de junio próximos. La zozobra con la que los jugadores iniciaron la concentración en Las Rozas se ha transformado en mesurado optimismo. En el regreso de Palma todo era felicidad, salvo el mal trago de la lesión en el hombro de Morientes que le tendrá un mes en el dique seco. Si el afortunado triunfo ante Dinamarca sembró la incertidumbre, el salvador gol de Iniesta frente a los islandeses fue como un soplo de aire fresco. Obró un milagroso rescate bajo la lluvia, afianzó al equipo en sus creencias y, como ocurrió en Manchester, demostró que la aportación goleadora de los centrocampistas es básica. Y más en una selección que sufre el mal endémico de su falta de pegada. «Todos podemos sentirnos orgullosos porque seguimos vivos y fieles a nuestro estilo. Tocamos bien, incluso con el campo encharcado, hicimos todo lo que debíamos para romper su defensa y, pese a la extrema necesidad de sumar los puntos, tuvimos paciencia, demostramos unión, carácter y compromiso, y no caímos presos de los nervios y la precipitación. Supimos remar río arriba». Es la lectura que hacen todos los jugadores y el técnico, mucho más relajado en el regreso a casa que en la iracunda conferencia de prensa que ofreció en la víspera del partido ante Islandia. Mal de muchos... El cupo de derrotas se cubrió en Belfast y Estocolmo, pero, según los cálculos que maneja Luis, el fracaso de los suecos en Irlanda del Norte permite que se puedan cosechar hasta dos empates en los siete partidos que restan. Aunque mal de muchos es consuelo de tontos, a los españoles les quita angustia y sentimiento de culpabilidad pensar que Italia, Francia, Inglaterra y hasta Alemania, que cayó en un amistoso ante Dinamarca, están con el agua al cuello. «Que Polonia sea la que mejor lo tiene demuestra la igualdad que hay y lo difícil que resulta ganar cada partido», reflexiona un miembro cualificado de la delegación española. Dinamarca era el gran rival a batir. Ahora, la selección nacional es tercera con 9 puntos, a sólo tres de los suecos y a cuatro de los norirlandeses, líderes sorprendentes pero con un partido más y un difícil futuro delante.