Celsa busca su gol 500

Reconoce estar ilusionada y no es para menos. La futbolista leonesa Celsa García está a punto de marcar el gol 500 de su larga trayectoria deportiva en la que su única camiseta ha sido la del León FF, al margen de la elástica de la selección nacional. Este domingo, en el partido que enfrentará a su equipo con el Zamora en casa, Celsa tendrá su oportunidad de oro para hacer historia por partida doble. Por un lado, marcar un tanto supondría alcanzar los 500 goles y, por otro, si su equipo lograse la victoria ante el conjunto zamorano conseguiría el ascenso de categoría: de Primera regional darían el salto a Nacional. Celsa reconoce que éste es uno de sus objetivos en este último tirón de la temporada, en la que 26 goles llevan ya su firma. «Primero pienso en el equipo y luego en mí», asegura esta veterana que juega ya su vigésima temporada. En el plano individual, lo que más le preocupa es terminar la campaña «bien, sin lesionarme», aclara. Y es que Celsa no quiere ni oír hablar de lesiones. La única que ha sufrido en su carrera, cuando le diagnosticaron una triada hace ahora dos años, supuso para ella el peor momento. «Me operaron y lo pasé fatal. No pude jugar ni entrenar durante seis meses más el tiempo que duró la rehabilitación, en total un año, y fue muy duro. Soy una persona que necesita actividad y no podía hacer nada. Lo superé gracias a la ayuda de mi familia y amigos», explica con un tono de tristeza en la voz ante el recuerdo. Sin embargo, añade que su retorno al campo después de su paso por el dique seco «fue lo máximo». Sin presión Conseguir el gol número 500 -un reto que pensó lograr el pasado domingo en el partido ante el Navega en tierras salmantinas- tampoco es algo que le obsesione. «No me agobia no conseguirlo, pero me gustaría anotarlo este domingo porque el partido es en casa». De presión, nada de nada. «Nunca he sentido la presión por ascender porque yo siempre salgo a darlo todo. Pienso que el fútbol es para divertirse, aunque también adquieres unas obligaciones, pero momentos como este ya los he vivido muchas veces». Entre sus aspiraciones, está que León, su ciudad, cuente con un equipo representativo en la Superliga. «O nosotras o, si no, cualquiera», matiza. Sus comienzos como futbolista se remontan a la temporada 87/88, hace ya veinte años. En este tiempo, también ha sudado la camiseta de la selección de Castilla y León y la nacional, con cuyo equipo debutó en el 96, más concretamente en el partido que enfrentó al combinado nacional con la selección germana. Algo innato Cuando se le pregunta por los motivos que le llevaron a practicar este deporte, no lo duda: «Es algo innato. Desde pequeña jugaba con críos y me quitaban el balón, no me dejaban jugar por el simple hecho de ser niña. Eso me molestaba muchísimo y quise seguir, también por una cuestión de amor propio», relata. En cuanto a una posible retirada, Celsa no deja muy clara cual es su intención. «Si por mí fuera, me retiraría, pero me cuesta mucho dejarlo. Es un tema por el que me preguntan muchas veces. Sí que me lo he planteado pero ahora mismo creo que no. Ahora mismo diría que no me retiro, pero la lesión de rodilla me quitó mucho, me costó mucho volver a ser la misma. También es cierto que los años no perdonan y no quiero arrastrarme por los campos», apostilla. Cuando llegue el momento de la retirada, Celsa baraja la posibilidad de seguir sobre el terreno de juego, pero como entrenadora, cuyo título se sacó cuando se lesionó la rodilla.