Diario de León

Un vendaval llamado Ademar (32-25)

El derbi sólo tuvo color leonés. En uno de sus mejores partidos, los de Cadenas fueron un ciclón que arrolló al Valladolid. Blindan la cuarta plaza y siguen peleando por la tercera Dond

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Georgino Fernández - león
León

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Hay muchas clases de partidos. Los hay que cabrean, los hay indiferentes, los hay de oficio y los hay para sentirse orgullosos. El jugó ayer el Ademar ante el Valladolid fue de esta última clase. Porque se sintió orgullosa la afición de ver a un equipo peleando por la victoria desde el minuto uno al sesenta. Porque se sintió orgulloso el entrenador por la intensidad, alegría y garra que pusieron todos sus pupilos en pista y porque seguro que se sientieron orgullosos los propios jugadores al comprobar al final los magníficos resultados que da el actuar como un equipo en todo al amplio sentido de esa palabra. El resultado de todo es que el Ademar fue una especie de vendaval que barrió a los pucelanos de la pista en la primera mitad, cuando con una defensa realmente magnífica los dejó en nueve goles. Y dejar en nueve tantos a un equipo que tiene una primera línea tremenda con Chema Rodríguez, Gull y Muratovic es de sobresaliente. La intensidad con que los leoneses arrancaron el choque ya hacía presagiar algo bueno. Después de unos primeros minutos igualados, con Saric y Sierra parando todo lo que les llegaba, el danés Claus Jakobsen fue el encargado de abrir el marcador con un penalti. Fue el primero de los once goles que hizo ayer en un partido excepcional. En estos primeros compases, sólo se marcaban tantos de penalti. Las defensas se imponían claramente. Fue entonces cuando dos contraataques fulgurantes de Denis Krivoshlykov llevaron al marcador la primera ventaja clara leonesa: 5-2 cuando aún no se había llegado al minuto diez. La artillería pucelana se estrellaba una y otra vez contra la defensa ademarista y contra un gran Saric. La 6-0 es infranqueable. Estamos en el minuto catore y el Valladolid sólo ha hecho tres goles. Pastor se desespera. Hace cambios pero no dan resultado. Su pivote Garabaya está desaparecido en combate. Muratovic también, Gull casi y a Chema Rodríguez no se le espera. Enfrente, el panorama es bien distinto. Castresana, Claus y Raúl Entrerríos elevan la ventaja a 9-3. Literalmente, el Ademar de Cadenas está bailando a los de Pastor. Jakobsen, donde pone el ojo, pone la bala. Los leoneses han roto el partido y se van al descanso con un ilustrativo 16-9. En el intermedio, la bronca de Pastor debió ser sonada porque sus jugadores salieron con otro espíritu. Muratovic hizo tres goles seguidos en menos de cinco minutos. Gull también afina la puntería. Los pucelanos hacen un parcial de 2-4 preocupante. La tercera exclusión a Laluska deja al Ademar sin un valladar en la zona central de la defensa. Pero los contratiempos no intimidan a un Ademar que ayer fue grande. Jakobsen continúa con su recital particular y entonces entra en escena otro de los destacados de ayer: Oscar Perales. El cántabro ve puerta con enorme facilidad. Hace seis goles de siete lanzamientos para desesperación de los dos metas pucelanos: Sierra y Lorger. Aún así, un arreón del Valladolid aprieta los números en el luminoso: 26-21 en el minuto veinte. Pero el Ademar sigue demostrando quien manda en el partido. Las piernas de los jugadores leoneses van como motos. Los brazos también. Su juego marcha una velocidad por encima del pucelano. La grada termina haciendo la ola. El espectáculo lo mereció. Que continúe.

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