Turienzo: «Ser árbitro no es fácil, pero estoy orgulloso de serlo»

El árbitro Javier Turienzo Álvarez reconoce tras su polémica actuación en el choque entre el Rácing de Santander y el Real Madrid, en el que pitó dos penaltis a favor de los cántabros en los últimos minutos: «Tengo un sentimiento un tanto extraño. Tan sólo estamos hablando de fútbol. Me siento un tanto desprotegido y amenazado. Lo digo porque en mi casa se han recibido más de 50 llamadas telefónicas amenazándome, a mí y a mi familia, de muerte. Me gusta ser árbitro, y lo hago con honradez y dignidad, pero yo tengo una familia, y es duro. Ser árbitro no es fácil, pero estoy orgulloso de serlo». Turienzo Álvarez comenta que no siente miedo por sí mismo sino por su familia. «Tengo una niña de seis años que me expresa que los niños le dicen que he fastidiado al Madrid y a mí se me cae el alma al suelo», agrega al tiempo que confirma que tiene «guardados varios números» a partir de las llamadas recibidas. Respecto a si la prensa tiene parte de culpa en lo que le está ocurriendo, el árbitro comentó que, afortunadamente, España es «un país democrático donde hay libertad de expresión», aunque manifiesta su deseo de buscar un límite. «No quiero señalar culpables en concreto, pero a mí me ha dolido mucho una portada del domingo. Me he visto señalado en una diana, con un mensaje: A por él. Creo que no es justo. No sé la definición de verdugo en el diccionario, pero yo no he ajusticiado a nadie. He sido honrado y he hecho lo que en conciencia creía que tenía que hacer, y he aplicado el reglamento», recuerda Javier Turienzo Álvarez en relación al partido del sábado.