Diario de León
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MARRO
León

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NO VAMOS a ensañarnos con la «saturación polesa» del fin de semana. Con la exaltación folklórica (con una contumacia digna de mejor causa) mediante faldita y canesú, por un lado, y por otro la exaltación castellanista de San Villamar: reiterar por enésima vez, y ante la al parecer ignorancia político-administrativa, que nada de Campeonato Regional ¡que son dos regiones! dentro de una misma autonomía. Todo ello sirviéndose como pretexto político de la lucha leonesa. Centrándonos en titulares. Ya hemos salido alguna vez con este titular, no ya para desmontar el «escepticismo de los escépticos», que también, sino para demostrar el error de «la resignación de los resignados». Abordemos analíticamente -críticamente- la lucha leonesa en clave de futuro. Desde expectativas de futuro. Pues desde esa perspectiva, nada se podrá avanzar sin un cambio de mentalidad y sin un cambio de estilo (¿) de gestión. Otra mentalidad federativa y otro espíritu de trabajo federativo. Y, obviamente, una lucha leonesa sin dependencia y control autonómico, que nos lleva camino del «aluche castellanoleonés», a la manera en que se pretende derivar y convertir las Casas Regionales de León en Casas de Castilla y León o Centros Castellanoleoneses. Que el chantaje subvencionador suele ser muy persuasivo. Dichas sean estas dos cuestiones poco menos que «como cuestiones de principios2. Pues bien, desde esa sintonía de cambio de mentalidad se habría de ir hacia una renovación con imaginación respetando esencias y raíces (tradición y cultura popular). Medidas imaginativas, luchística promoción que ha de ir más allá de «saldos» tipo autocares gratis a tutiplén y cositas así. En lo operativo, en lo cotidiano día a día, trabajo, esfuerzo y dedicación. Que es justo lo opuesto, como en el momento presente, a pasar de (casi) todo. Un ejemplo dentro de una parcela que llevemos bastante tiempo sin tocar y en la que concurren ambas circunstancias de imaginación renovadora y preocupación en el seguimiento de cerca: el arbitraje. Un Colegio de Árbitros en serio lo más alejado de «lo» actual. Integrado por Colegiados con personalidad y criterio; con capacidad y preparación. La exigencia de un cierto nivel de cualificación para la Presidencia del Colegio y la dignificación de la figura del juez-árbitro¿ hasta en imagen y aspecto exterior. Ah, y más vale un solo colegiado y bueno, que dos mediocres. Situar al segundo árbitro en la Mesa del Jurado como consultivo excepcionalmente y como suplente ante una eventualidad del titular. Esta apreciación de los signos externos nos hace enlazar con la presentación y puesta en escena general del corro. La escenificación en todos los órdenes no es que sea manifiestamente mejorable, es que habría de ser radicalmente cambiable. Tribuna presidencial y del Jurado dignas, ornamentación, banderas, calidad megafónica, himno a la lucha leonesa, protocolo de entrega de distinciones¿ y duración; sobre todo duración; ¡que sepa a poco! Todo ello aún más exquisitamente cuidado en las presentaciones fuera de la provincia y de las comarcas luchísticas. Otra Lucha es posible¿ des-mercantilizándola. No a la política de premios para los ganapremios-ganasiempre. Existen formas de compensación mucho más propias para un deporte amateur, más equitativas y dispersas. Claro que lo primero que se define mercantilmente son las exigencias federativas de un presupuesto de 5.000 y hasta 6.000 euros para conceder un corro. Un tratamiento para la lucha de base también «en serio». Arropamiento (de federación, de monitores ¡y de público!), motivaciones y estímulos para los chavales; y que actualmente no se dan, pese a la buena voluntad de actuaciones aisladas y puntuales¿ y hasta por libre. No hace falta destacar la importante labor de los clubes en este aspecto formativo e integrador de los críos. En cuanto a los clubs de lucha en su concepto como tales, dar la preponderancia al papel que les corresponde. Debiera constituir la savia que impulsara la savia federativa. Pero¿ ¡mira que era difícil superar lo malo y hacer buena a la anterior etapa! Y es que no sólo no se les integra a los clubs entre sí y a la Federación, sino que se les enfrenta hacia ellos. Crisis larvada -larva in crescendo - que federativamente se están siendo incapaces de superar. Como si les desbordase. ¡Como para implicarse institucionalmente! Y que entra de lleno en el reto del «otra lucha es posible». Recuerden, con otra mentalidad, otro estilo de gestión y otro espíritu de trabajo y dedicación. Hacia una apuesta de futuro. Se trata de una cuestión de sensibilidad: nos duele la Lucha Leonesa, que es como decir nos duele León.

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