SIN AFANES POLÉMICOS
El partido de la temporada
A LAS SIETE y cuarto de la tarde del domingo, hora escasamente balonmanista, juega en el Palacio el partido de la temporada Ademar contra el poderoso Hamburgo; un épico encuentro con la Recopa de Europa en juego. Cuatro goles tiene que remontar la grey ademarista, en una nueva remontada «heroica» al estilo de Ademar, contra el viento de la clase y calidad del equipo alemán y la marea de esos cuatro goles que tiene que remontar para llevar el preciado trofeo a sus vitrinas. Un partido que vale por toda una temporada. Resuelto el largo viaje liguero, cuando aún faltan varias estaciones para llegar al final, Ademar se encuentra ante la mayor ocasión que han visto todas las largas jornadas ligueras y coperas que los tiempos actuales han visto. Alzar la Recopa supondrá culminar una nueva histórica temporada que es, por ende, la del cincuentenario del nacimiento del Club. Una ocasión soñada por muchos con un final feliz, en tanto otros muchos piensan antagónicamente sobre esa final. Según uno el logro se encuentra en el alero de lo posible; según otros ese logro se encuentra en el alero de lo imposible. Del optimismo al pesimismo. Lo de ver la botella medio llena o medio vacía. La solución, alrededor de las nueve de la noche dominguera cargada de partidos interesantes, como el que la Cultural juega en el Nuevo Amilibia a las cinco de la tarde frente al Athletic B, nueva oportunidad para poner tierra, que son puntos, eludiendo el infierno del descenso. Nueva jornada continua. Del Estadio al Palacio, como en otra anterior, aunque cambiando el orden. O sea que ahora el corto desplazamiento de muchos aficionados será del Estadio al Palacio, cuando la anterior fue del Palacio al Estadio. Como del «Coro al caño, y del caño al coro» en el famoso trabalenguas de los años infantiles¿ Cuatro goles hay que remontar para que la Recopa quede en casa. Dos menos que los felizmente remontados en la semifinal contra el Zagreb. Entonces la diferencia era mayor; ahora quien es mayor es el adversario. El Hamburgo tiene una plantilla extraordinaria, aunque con un evidente talón de Aquiles, la cobertura defensiva, con el portero como protagonista mayor. Tal es la secuencia que uno pudo sacar después de haber visto dos veces el partido, gracias a la televisión. Ataque, mejor dicho contraataque veloz y atinado, apoyado en una defensa propia sólida respaldando el acierto de los porteros, para propiciar los contragolpes. Es preciso que tomen marcado protagonismo jugadores que no lo tuvieron, o lo tuvieron en «mi menor», en Hamburgo. Todo complementando una actuación a la altura de las mejores tenidas durante el curso de la temporada, como la gestada ante el Barcelona en el Palacio, o las firmadas y rubricadas con trazo fuerte ante el Zagreb y el Real Valladolid, por citar dos de las más cercanas. Difícil pero posible que no deja de ser alusión hecha al alero de lo posible y de lo imposible. En el logro feliz tendrá mucho que ver el apoyo total, incondicional, mayor en los momentos complicados, de la fiel afición, rompiendo manos y gargantas, llevando anímicamente en volandas a los jugadores. Y luego que los árbitros se comporten como suelen hacerlo en las competiciones europeas del Fútbol al Balonmano. O, cuando menos, que no den ni quiten nada, dar a cada uno lo suyo en perfecta justicia. La Recopa¿ Un sueño. Pero como tantas veces hemos comentado, acogiéndonos a los versos de «La vida es sueño» (Y los sueños sueños son) en particulares ocasiones los sueños se convierten en gozosa realidad¿ A las cinco de la tarde, a las cinco en punto de la tarde, en el Nuevo Amilibia la Cultural comenzará una nueva tarea para sumar puntos. Conseguir los tres en juego sería un avance muy importante -posiblemente decisivo- para apuntalar la permanencia. Ni que decir tiene, la victoria ensancharía la ilusión y la moral de los muchos aficionados que, al final del partido, harán el corto paseo del Estadio al Palacio¿ Como del coro al caño y del caño al coro. Que ese corto paseo con la moral elevada por la victoria culturalista, lleve un plus de optimismo, para gritar y cantar hasta enloquecer en la gran ocasión del Palacio. De principio al final. Un principio optimista y un final feliz. Amén.