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El Milan barre al Manchester (3-0)

Los italianos dieron toda una lección de fútbol a los ingleses en la segunda mitad y ahora tendrán su revancha ante el Liverpool, que hace dos años les arrebató el cetro europeo en Estambul

Publicado por
Daniel Roldán
León

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Paolo Maldini tendrá su venganza. Dos años después, el eterno capitán del Milan tendrá la posibilidad de jugar su octava final de la Copa de Europa y vengarse de la derrota sufrida hace dos años por el Liverpool. El Milan barrió al Manchester United de una forma contundente, sin apelativos, gracias a su pegada y a la desaparición de Ronaldo, Giggs y compañía. Los italianos no podían imaginar que la semifinal contra el Manchester fuera tan fácil. No entraba en los planes de Carlo Ancelotti que Ferguson fueran a dar tantas facilidades, tanto en el planteamiento como en la lectura del duelo. La defensa del equipo inglés era una pantomima, sobre todo en el costado izquierdo. Vidic y Heinze no se enteraban de nada, incapaces de coordinar dos pases seguidos y, mucho menos, parar a Oddo. Era increíble cómo un central reconvertido en lateral circunstancial pudiera lanzar centros con esa facilidad. Kaka sólo tardó un minuto en romperle la cintura al defensor serbio; Seedorf se demoró otros 60 segundos en probar los guantes de Van der Sar. Y entre los dos fabricaron el primer tanto sin ningún problema. Por el costado derecho, el holandés dejó de cabeza para que el brasileño marcara su décimo gol en 12 partidos de 'Champions'. Era la culminación al juego brillante de los lombardos, que movían la pelota como querían ante la impotencia de los 'diablos rojos'. El planteamiento conservador del United sólo invitaba a que el Milan fuera a por más. No tenía capacidad de respuesta ante el fútbol desplegado por los locales. El líder de la 'Premier' tardaba un mundo en llegar a la portería que defendía Dida; y cuando lo conseguía, la defensa rojinegra ya estaba formada para pasar revista. El Manchester no podía y el Milan lo sabía. No se conformó con el gol de Kaká y busco el segundo, que llegó (¡cómo no!) en otro regalo de la defensa. Vidic se resbala, Heinze no puede despejar, el balón llega a Seedorf que fusila a su compatriota. Sencillo y eficaz. El equipo lombardo estaba a un paso de Atenas. El Manchester intentó resurgir. Los ingleses se fueron al ataque pero Ancelotti tenía una bala en la recámara para acabar con el encuentro. iso. Sacó del banquillo a Gillardino. Era su último recurso. El técnico italiano sabía que Ferguson adelantaría las líneas, y la velocidad del ariete de Biella podía finiquitar el encuentro. Su pupilo no le falló y le dio la puntilla a los ingleses.

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