Panathinaikos avasalla a un Tau irreconocible
Los vascos jugarán una final española, la de consolación
El Tau Vitoria tendrá rival español en la Final Four de Atenas, aunque en el partido de consolación, el de los perdedores de las semifinales, adonde el Panathinaikos le envió sin ninguna contemplación y sin dificultad para poder discutirle el título al CSKA Moscú en la final del domingo (20.30). El repaso que le vaticinaban de antemano al Unicaja por aquello de medirse al CSKA, campeón de la Euroliga en funciones y construido con un excelente material humano, no se produjo. En realidad, se lo llevó el Tau y se lo endosó el Panathinaikos del técnico serbio Zeljko Obradovic. Un repasito en toda regla. Y sin jugar nada del otro mundo. La tercera Final entre Cuatro consecutiva del equipo vasco supuso un varapalo para los del Buesa Arena. Si hace tres años dieron la sorpresa contra el anfitrión en la pista del CSKA Moscú, al que apartó contra todo pronóstico de la final, en Atenas sólo hubo un equipo sobre la cancha: el de casa, el del trébol verde, que pasó por encima de un Tau desconocido. El Panathinaikos zarandeó al bloque que, desde hace poco más de un mes, dirige Maljkovic, cuyo juego ha ido perdiendo fuelle a medida que ha cambiado de responsable técnico. Empezó con el croata Velimir Perasovic, cambió a éste por Natxo Lezcano por culpa de una dolencia cardiaca y, en vez de mantener la apuesta por un hombre de la casa, se fijó en el aura de campeón de Maljkovic. El reflejo de esos movimientos ha ido adquiriendo tonos sombríos. En Vistalegre cayó con claridad ante el Madrid en un duelo directo por el liderato de la ACB, que todavía está a su alcance, pero que no depende de él. En la semifinal contra el Panathinaikos se quedó muy por detrás en el marcador antes del descanso y, lo que es peor, careció del carácter rocoso, duro y ambicioso que le han permitido hacerse un hueco entre los más grandes de Europa.