A vida o muerte en el Palacio

Todo a una carta. Climalia León se jugará toda la temporada en un partido mañana, sábado, en el Palacio de Deportes. El equipo se diluyó ayer en el pabellón Son Moix y permitió al Palma Aqua Mágica igualar la eliminatoria a dos, por lo que ya con el factor cancha los de Gustavo Aranzana necesitarán la tercera victoria que tanto se resiste para no iniciar prematuramente las vacaciones mañana mismo al filo de las doce de la noche. De nuevo, ayer desde los primeros compases se decantó la cuestión para un Palma mucho más metido en el encuentro, pero que ayer, a diferencia del tercer encuentro, no dejó nunca acercarse al León, sino que las rentas baleares se situaron rápidamente en los veinte puntos ante un Climalia inexistente El Palma repitió el guión del tercer encuentro y salió a por todas desde el salto inicial. Con un juego suelto en ataque e intenso en defensa, los baleares ahogaron al equipo leonés en pocos minutos (20-7). Los triples de Schutte y Tutt hacían mucho daño y el León no encontraba recursos para dar la vuelta a las cosas, y más ya sin Paolo Quinteros, que se sentó para no volver más a la pista por el problema que arrastra en el gemelo derecho. Con 28-12 el segundo cuarto intentó acelerar su ritmo y Hughes se echaba al equipo para paliar el desastre (33-20). Pero el tiro exterior balear seguía rindiendo de una manera extraordinaria y cuando Gustavo Aranzana puso a su equipo en zona apenas cambiaron las tendencias. El rebote era nulo y el Palma mantenía sin mayores problemas una renta situada en torno a los veinte puntos, con Dumas y Hughes como principales baluartes para evitar un tanteador aún más elevado. Tras el descanso, el Climalia León intentó dar la vuelta a las cosas y rebajó de nuevo la ventaja local a los quince puntos, pero el rebote y la velocidad del Palma eran letales. Las cosas estaban sentenciadas cuando faltaban quince minutos por jugar, pero en el equipo leonés nadie quiso escatimar un esfuerzo para intentar voltear las cosas, aunque todo fue estéril porque el Palma no estaba dispuesto a conceder ni un atisbo de esperanza a los leoneses (68-42). Visto el panorama, en los últimos diez minutos de partido, León ya rindió las armas. A los tres minutos, y con 25 de diferencia (78-53), Aranzana empezaba ya a pensar en el quinto encuentro de la serie y en reservar fuerzas, por lo que poco a poco fue alejando de la cancha a sus hombres importantes. El partido acabó convertido en un festival de los locales, con un Palma intentando gustarse para ahondar en la herida leonesa. Ahora la serie se tendrá que decidir en un quinto partido. Será mañana, sábado, en León, y apenas habrá recuperación para ninguno de los dos equipos después de jugar cuatro partidos en una semana. Además hoy aguarda para ambos un largo viaje desde la isla hasta León para disfrutar de apenas 24 horas de descanso.