Lucha leonesa | Homenaje a los luchadores legendarios Balonmano | La selección
Nobleza de Romance, leyendas de León Mil cedés gratis con el romancero de la lucha Pastor llama a cinco jugadores del Ademar para la selección: Entrerríos, Perales, Morros, Urdiales y Aginagalde
Cuatro luchadores históricos, que reciben un homenaje en el Auditorio, hablan de la lucha
Día: Viernes 18 de mayo Hora: 22.00 Lugar: Auditorio de León Precio: Gratis. (La entrada es libre hasta completar el aforo) Los asistentes a la velada de lucha leonesa que se celebrará mañana en el Auditorio de León recibirán gratis un cd con el romancero de la lucha, interpretado por el grupo La Braña. A la entrada del Auditorio se repartirán mil cedés entre los espectadores que acudan a la exhibición de lucha leonesa. La iniciativa ha contado con el apoyo de Caja España, que financia el proyecto, y con los componentes del grupo musical, que ha cedido todos los derechos. El resultado: mil espectadores tendrán un cd y una copia con la letra del himno a la lucha. El Ademar se convertirá en uno de los principales suministradores de jugadores para la próxima convocatoaria de la selección española. Aunque la relación aún no se ha hecho oficial, hasta cinco jugadores ademaristas han sido llamados por Juan Carlos Pastor para disputar los torneos de verano que tiene ya pactados el combinado nacional. Los elegidos son el central Oscar Perales, que ha visto recompensada su gran temporada con el llamamiento del técnico Juan Carlos Pastor, el extremo Santi Urdiales, que vuelve a una convocatoria con España; el central asturiano, Raúl Entrerríos, un fijo para Pastor, el lateral Viran Morros y el pivote Julen Aginagalde que entra de nuevo entre los elegidos. Destaca la ausencia de un habitual en los últimos años: el lateral navarro Mateo Garralda. No obstante en esta convocatoria faltarán muchos fijos porque Pastor ha querido dar entrada a savia nueva. Benito Fernández ( Benitín de las Salas , el ágil, fibroso y delgado, orgullo de la Montaña), Cayo de Celis ( Cayuso , firme y seguro, prodigio de fuerza y maña, ídolo de la Ribera) y Felipe León (a quien no fue necesario sobrenombre en la Lucha, el de musculatura de atleta, modelo de gentileza), acompañados de Frumencio Álvarez ( El Águila rubia ), reunidos en el pequeño corro de una mesa, en vísperas de un nuevo homenaje que a las legendarias glorias de la lucha leonesa cantadas en su Romancero , por iniciativa de un grupo ilusionado, se ha puesto en marcha. Junto a ellos, Ángel Rivero, miembro de la organización de esa Gala de la Lucha que se celebrará mañan en el Auditorio Ciudad de León, el marco más solemne, «salón de las artes y la cultura en León». Con esos Romances que ahora hace 10 años La Braña versó y ahora volverá a cantar en directo, se arropará una muestra de combates todas las categorías de la lucha, al mejor nivel deseado, al de la mejor gala. Una ocasión para el recuerdo, reconocimiento y aprovechamiento. Y de sus propios recuerdos, nos contaba Benitín: -Yo nací en Cuba¿y alguno de los que tiré decía que hubiera sido bueno que me quedara allá¿ Gané la primera copa con 16 años, al terminar la Guerra, cunado estaba León a medio hacer, en un prado que había en La Condesa¿ ... Las viejas imágenes se agolpan y comienzan las versiones sobre los lugares de la lucha¿aquella parcela de la Corredera, los emplazamientos del circo¿ Ninguno tan excelente como el que mañana acogerá su homenaje, el de la lucha. Reciente el que tributara a los Campeones provinciales la Diputación, les pedimos que nos expresen su sensación ante estos homenajes: «Me han hecho muchos -responde Benitín-¿pero uno fue especial: el de Las Salas¿ Se me ponía una cosa¿» Son algunas de las figuras más destacadas, son historia viva y leyenda, a veces ambas confusas (como aclara el vivaz de Las Salas: «Lo que dice la canción mía de La Braña no fue así justamente, ¡pero está bien contado!»). Pueden recordarnos cómo comenzaron a ser parte de la mejor lucha. Y dice Cayo: -Comencé a destacar en Villiguer, con 14 años¿Empecé con los chavales¿y luego los mozos¿en total 19 luchadores. Me dieron un mazapán grande y 5 duros. No había luz: nos alumbrábamos enfocando los faros de un coche. Uno que yo ya había tirado se disfrazó y volvió a por mí, pero me avisaron. Era lucha de otros tiempos y tiempos de corros, que aún añorados, se recuerdan eternos. «Hoy por hoy los corros no tenían que ser tan pesados: como máximo dos horas y media. ¡Se nos hace pesado a nosotros que nos gusta!» «¡Antes duraban mucho los corros» -y recuerdan aquellos de Boñar, de 6 de la tarde a 1 de la mañana¿e incluso los que duraron más de un día-. 1397058884 ¡Pero se hacían cortísimos!, irrumpe Benitín. 1397058884 Porque se veía la lucha de otra manera, había más pasión, era la honra del pueblo¿ , apostilla Mencio. «Siendo presidente Olegario, arbitraba Guisasola -el bendito médico que llevaba a su Sobarriba a los propios hijos para que allí se hicieran luchando- ¿La caída tenía que ser de espaldas y en una ocasión nos defendíamos de tal manera que no había forma de darla. Don Enrique nos amenazó: ¡Que me voy a marchar¿ u os tiráis o me marcho!. Era cuando se reunían por la lucha aquellos hombrones en el Vitoria, que de allí salió el primer Reglamento». Tiempos legendarios, pero también de laboreo, de ponerle líneas y reglas al Aluche, como los más cercanos del propio Frumencio, primer presidente del Colegio de Árbitros, a inicios de los años 80. «Dicen que la época de Oro fue la nuestra, pero siempre ha habido buenos luchadores. Quizás entonces era mayor la rivalidad entre las comarcas, los pueblos». Entre esos grandes de la lucha, que merecería también su lugar en la memoria y los cantos, señalan ellos a Bernardo, a Miguel el de Campohermoso o a los de tiempos más cercanos que ya forman parte también de la leyenda: Juan Hidalgo, el Rápido, Nacho de Matadeón, el Elegante, Ernesto, Clemente o Héctor el Divino . Como grandes conocedores del medio, les pedimos que nos den sus «remedios» para mejorar la Lucha: todos coinciden en la ya citada necesidad de limitar el tiempo de los corros, con dos horas y media como máximo deseable, para lo cual se podría ser útil establecer categorías de luchadores (de 1ª, de 2ª¿) y, de acuerdo con ello, seleccionar corros de mayor y menor nivel. O, también, realizar enfrentamientos en la lucha «de verano» entre clubes, como hacen los canarios, pero, en tal caso, acota Frumencio, «deberían ser clubes hechos con luchadores de cada zona, que si yo tengo que aplaudir a un luchador que no es de mi tierra¿ no hay la misma pasión». Y la base: «Llevar la lucha a los colegios, donde hay niños, eso es primordial». Un nuevo acuerdo surge unánime: «Que la Administración vele más por la lucha. ¿Qué hace la Autonomía de Castilla y León por la Lucha? ¡Nada! La única que pone algo es la Diputación. Este presidente quiere la lucha, y la gente le quiere. Lo echaremos de menos». Y por si fuera necesario, para que conste, con seriedad retórica y expresivo orgullo interroga Benitín: «¿Sabes por qué quiere a la lucha este presidente? ¡Porque es de la mi Montaña!» Son cambios, innovaciones, adaptaciones a las necesidades de los nuevos tiempos, pero no puede prescindirse del saber del Luche (a veces corremos, dice Rivero, con esta maldición cazurra de negar todo lo anterior), del acervo en el cual se integran las mañas de todos los tiempos, añorando aquellos en los que «hasta los pesados las luchaban». - ¿Una maña ? - Benitín: « Las utilizaba todas,¿ lo inesperado, pero, la mía mejor, la media-vuelta, que ya no se hace, sólo el Ché¿ » - Cayo: « La defensa en el aire, que tampoco se hace bien, como la hacía Tasio, y el «cango», el garabito. - Felipe: « La cadrilada». - Frumencio: «El voleo, que por eso me llamaban el Águila». Mucha cátedra de Aluche, mucha historia, mucha vida. Y, a modo de resumen de tanto saber y sentir, por si fuera necesario hacer que quienes aún no conocen, no la viven, tuvieran una idea clara de qué es la Lucha Leonesa, les pedimos su definición sucinta: - ¿Qué es la lucha? -Frumencio: «El deporte de León». - Felipe: «Un deporte que conocí desde niño» . - Cayo: «Un deporte autóctono leonés que forma parte de la cultura de nuestro pueblo» . -Benitín: «Un deporte que arrastró a mucha gente, hizo pasar mucha diversión y que ha de continuar e ir a más». -Rivero: «¡Ya lo dijeron todo! ¿Qué más decir?: nuestra esencia, nuestra raíz, nuestra historia y cultura, para conservar, innovar y transmitir».