Fútbol | Segunda División B
Abelleira manda Los poderes del míster
La Cultural prevé un proyecto deportivo en el que Milo Abelleira sea el mánager general que lo decida todo, aunque se rodeará de un grupo de técnico s d e confianza que lidere Mezquita
1 Milo Abelleira asume todo el poder deportivo del club. El entrenador gallego, además de asumir las funciones propias de entrenador, se encargará de todo lo relacionado con el aspecto deportivo de la sociedad anónima. Cumplirá funciones de mánager general y de director deportivo. Supervisará a cada uno de los equipos de base del club, con la finalidad de adecuar su sistema a todos los equipos que conformen la entidad. Además, se ocupará de dar el visto bueno a cada una de las contrataciones que efectúe el club, tanto por lo que se refiere al primer equipo como por lo que respecta a los demás equipos de la sociedad. 2 La Cultural elige el modelo inglés como mejor fórmula. La Cultural espera adoptar un método organizativo basado en el modelo inglés. Tendrá todo un entramado técnico a su disposición en el que Milo Abelleira será la cabeza y el que decidirá en última instancia. Además de contar con el técnico gallego para asumir todas las funciones, acudirá a labores de campo para garantizar la fiabilidad de las contrataciones que se ejecuten. Se observará con detenimiento antes de efectuar cualquier tipo de contratación. 3 Luis Mezquita ejerce de mano derecha de Milo Abelleira. El entrenador leonés Luis Mezquita se encargará de mediar entre el máximo responsable del club culturalista en materia deportiva, Milo Abelleira, y el resto de entrenadores que compondrán el organigrama técnico del club leonés. Mezquita se erigirá de esta manera en el hombre de confianza de Abelleira, que se encargará de que toda la labor de campo y de despachos le llegue mascada al máximo responsable deportivo de la Cultural. 4 Un grupo de entrenadores elegidos con meticulosidad. Los entrenadores que formarán el organigrama técnico del club serán evaluados para dotar a la sociedad de los mejores métodos técnicos en cada uno de los equipos que conforman la entidad deportiva culturalista. Los entrenadores que dirijan los destinos del club deportivo deberán de efectuar un informe de cada uno de los entrenamientos y de cada partido, para un conocimiento exhaustivo del técnico principal. 5 Un coordinador que se ocupe de todo el fútbol base. La Cultural ya se ha entrevistado con varios candidatos que aspiran al puesto de coordinador de las secciones inferiores del club. El leonés Carlos Hugo parte con cier ta ventaja para ejercer esta función dentro de la sociedad. Se trata de un entrenador con experiencia demostrada en este tipo de responsabilidades. Se ocupó de la coordinación general del Club Deportivo Ejido, de la selección sub'23 de Castilla y León, de entrenar al Puente Castro de la División de Honor de Juveniles y de dirigir a un club del prestigio de la Gimnástica Segoviana en Tercera División. 6 Política de renovaciones según rendimiento y coste. Las renovaciones que se ejecuten de la actual plantilla responderán a un doble criterio. Por un lado, se tendrá en cuenta el rendimiento global a lo largo de la presente temporada, y por otro será fundamental el coste económico del futbolista. Es decir tendrá que existir una relación directa entre el comportamiento del jugador en el rectángulo de juego y lo que cuesta en el aspecto económico. Fiel a lo que impera en el modelo inglés. 7 Fichajes para reforzar el equipo en todos los puestos. La política de fichajes se ejecutará según los informes que obran en el club, después del seguimiento realizado a más de cincuenta jugadores durante la presente temporada. La labor de campo es y será una tarea fundamental para la contratación de futbolistas dentro de la nueva etapa que se abre en el club. Fichar sin tener un conocimiento exhaustivo del jugador no será denominador común a partir de ahora, sino que debe darse antes una labor de campo. 8 Atención a la cantera para tener una base de futuro. La cantera tendrá un protagonismo especial en la era de Milo Abelleira en la Cultural, pero no para la planificación inminente del equipo, sino para cimentar las bases del club. Se tendrá muy en cuenta a los equipos nodriza para que cada temporada puedan salir tres o cuatro jugadores interesantes que puedan servir para utilizar en el primer equipo culturalista. Esta labor será uno de los puntos esenciales en esta etapa. 9 Contrataciones con un fijo e incentivos por objetivos. Los contratos tanto de los jugadores como de los entrenadores responderán fielmente al sistema inglés. Unos y otros ingresarán sus sueldos por una doble vía. Un fijo, que quedará estipulado en los respectivos contratos, junto con los correspondientes incentivos en función de los logros conseguidos a lo largo de la temporada. Se tendrán en cuenta las victorias, los empates y las derrotas, además de los goles marcados por los delanteros. También se incrementarán los sueldos si el equipo logra disputar las eliminatorias de ascenso y todavía más si consigue subir a Segunda. 10 Equilibrio entre los resultados deportivos y el gasto. La Cultural pretende alcanzar el equilibrio en todos los aspectos, con la finalidad de que exista una relación directo entre los gastos y los ingresos. Tal y como funcionan los clubes ingleses, el presupuesto se ejecuta a diario. Cada uno de los empleados del club tiene su cometido y según sea su rendimiento, así será su recorrido económico. Al final de la temporada se ajustará el balance para que el equilibrio sea siempre el denominador común. La Cultural afronta la era Abelleira con diez mandamientos fundamentales para su supervivencia tanto deportiva como económica. Los cimientos para consolidar una Cultural de futuro comienzan a edificarse. Sólo vale mirar hacia adelante, porque lo de atrás ya es historia. El club ha impuesto una línea a seguir, con una relación directa entre lo deportivo y lo económico, con el propósito de aspirar al ascenso de categoría y no conformarse con temporadas tan mediocres como las tres últimas. De los errores se aprende y la Cultural emprende una nueva etapa. Lo ha conseguido casi todo. Sacar a la Cultural de la crisis deportiva en la que se había sumido, hacerse con las riendas del equipo, suavizar las tensiones del vestuario, contentar a la directiva, mantenerse alejado de la pugna política que afecta al club... Por conseguir, hasta ha logrado un contrato que le garantiza tres años más en el club y la posibilidad de renovar por otros dos, un hecho insólito tal como está el fútbol. Y mucho más en Segunda B. Sólo le falta lograr el ansiado ascenso del equipo leonés. Milo Abelleira ha tomado el control total de la Cultural. Es, siguiendo el modelo inglés, el mánager general, el hombre que todo lo decide aunque él apueste por el consenso con el viejo equipo de la Cultural. Ningún entrenador había logrado antes tanto poder. Abelleira es, más que nunca, el míster.