Diario de León

Baloncesto | Play off de ascenso

El espíritu Elosúa retornó al Palacio

La afición leonesa disfrutó con el juego de su equipo y recordó los tiempos en la ACB

Leather, Lucho, Jorge Calvo y Hughes agradecen el apoyo del público

Leather, Lucho, Jorge Calvo y Hughes agradecen el apoyo del público

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Ana Gil - león
León

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El ruido ensordecedor de las bocinas con las que muchos aficionados acudieron ayer al Palacio de Deportes para presenciar el encuentro entre el Baloncesto León y el CAI Zaragoza se dejó sentir desde antes del pitido inicial y no cesó hasta el final. León se jugaba mucho y eso lo sabía la afición, por eso se entregó al máximo y apoyó a su equipo de una forma incondicional, como en las grandes ocasiones. El público recordó ayer los momentos en los que León jugaba en la ACB y disfrutó del sueño, un poco más cercano, del ascenso. La marea roja no faltó a la cita -ninguna de las dos porque las de los dos equipos vestían del mismo color-. Si bien los aficionados maños no llegaron al medio centenar, los de León llenaron casi por completo las gradas de la instalación municipal y sus voces recorrieron hasta el último rincón. Baloncesto León empezó y terminó bien y el público lo agradeció hasta el final. Venía dispuesto a darlo todo y se dejó el corazón, la garganta y los pulmones en el intento. Con cada tanto de los suyos, la grada se ponía en pie, al igual que con algunas decisiones arbitrales. No faltaron bufandas, banderas de León e, incluso, pelucas, Todo valía. Y en los momentos en los que el marcador apretaba y los maños acortaban distancias, la afición se vino arriba, llevando en volandas al equipo hacia la victoria. En el segundo tiempo las gradas se animaron, si cabe, un poco más y los últimos minutos fueron de locos. Los sonidos de las bocinas aturdían al rival, que supo muy bien a lo que sabe la presión del factor cancha. Fue entonces cuando llegaron algunas de las mejores jugadas del partido. El holley hop del «Tucky» Bulfoni puso en pie a la gran masa, que no dudó en hacerle reverencias y que se rindió ante las acciones de Hughes y Quinteros, una vez más lo más aclamados. Con el «A por ellos» por bandera, la grada disfrutó de lo lindo con su equipo y volvió a despedirse a ritmo de «Paquito, el Chocolatero». Antes de volver a casa, el público pidió la vuelta de los jugadores al grito de «Que salgan los toreros». Pero se quedaron con las ganas.

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