Diario de León

Los aficionados vuelven tristes porque el equipo no acudió a saludarles

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Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

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El contingente de aficionados blanquiazules que se desplazó hasta Almería llegó ayer a Ponferrada de forma fraccionada. Los más afortunados lo hicieron al mismo tiempo que el autocar del equipo, es decir, al filo de las nueve de la mañana. Los últimos llegaron al filo del mediodía. En los rostros de todos ellos se reflejaba todavía el cansancio lógico después de un desplazamiento tan largo. No había muchas ganas de aplaudir a los futbolistas que tomaron rápidamente sus vehículos para abandonar las instalaciones de El Toralín y retirarse a sus domicilios para descansar. Al margen de la fatiga, tampoco estaban de muy buen humor la mayoría de aficionados porque ya en el propio Estadio Meditarráneo dejaban entrever su desencanto después de comprobar cómo los blanquiazules no acudieron al sector donde se hallaba ubicada la afición berciana para agradecerles al menos el esfuerzo que habían realizado para estar con ellos, apoyándoles en la difícil empresa que suponía estropear la fiesta de los almerienses. De ello se quejaba la afición, o buena parte de la misma, si bien debe hacerse constar que algunos futbolistas de la Ponferradina sí que aplaudieron a esa parte de la grada, aunque no se acercaran demasiado. La imagen que acompaña estas líneas recoge el saludo con caras de circunstancias que realizaban los dos laterales del equipo, Fuentes y Cifu, en señal de agradecimiento a la afición. Parece ser que no fueron los únicos que lo hicieron. En descargo de la plantilla se puede decir que la fiesta de los locales estaba a punto de iniciarse y, pese a que se estaba rogando constantemente por la megafonía del estadio que no se registrara una invasión del terreno de juego por parte de la afición, lo más normal es que ésta se produjera de un momento a otro, como finalmente aconteció. Para no quedar atrapados entre la enfervorizada afición almeriense, los blanquiazules optaron en su mayoría por tratar de ganar cuanto antes el túnel de vestuarios. Sea como fuere, el perfecto matrimonio que han venido formando esta temporada la plantilla y los seguidores del equipo, conviene que siga manteniéndose de la misma manera en este tramo final. Si la afición está sufriendo por la situación que atraviesa el equipo, los jugadores también tienen lo suyo. Pero no se debe olvidar que el sábado llega el Cádiz al Toralín en lo que supondrá una de las últimas opciones de aferrarse a la categoría y nada se conseguirá si se rompe la magia entre el campo y la grada.

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