Diario de León

LUCHA LEONESA... Y ALGO MÁS

¿Otra lucha fue posible

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MARRO
León

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«OTRA LUCHA es posible¿» titulábamos la semana pasada ante la perspectiva de la velada homenaje a la lucha leonesa. «Esta es otra historia» se comentaba a la salida del Auditorio tras la velada del día 18. Pues debiera ser la misma historia, la de la histórica Lucha Leonesa. Chapeau, un diez para dos estamentos de la L.L.: los luchadores y los leoneses que, aficionados o no, se dieron cita en el Auditorio Ciudad de León para homenajear a la L.L. De los 38 luchadores que integraban la Selección que se había cerrado 4 días antes conforme se transmitió a los medios, y tal como figuraba así mismo en los programas-octavilla distribuidos a la entrada del Auditorio, no falló ni uno sólo. Hasta el luchador de la Categoría de Veteranos Luis Padierna acudía para al menos estar presente, a pesar de hallarse lesionado. Por cierto, qué gran demostración de calidad en los combates de esta categoría de veteranos, con ataques continuos de gran espectacularidad y sin darse un segundo de tregua. Pero es que tampoco se la dieron ni siquiera los 4 luchadores de pesados, paradójicamente de los más rápidos y acometedores. O sea que también en pesados se captó el mensaje de atacar sin especular, dar espectáculo¿ Gran detalle el de Alberto Rodríguez reapareciendo precisamente en esta cita y con Eduardo Díez lamentando como espectador no haberse recuperado para la velada de sus molestias del hombro. No menos lamentaría Mirian Marcos no haber podido integrar la Selección de la Lucha Femenina, a estar programado para las 9 de esa misma noche el acto de entrega de su premio como mejor deportista del Ayuntamiento de San Andrés. Pero a esto de las diez y media ya estaba la ilusionada Mirian en el Auditorio tratándose de hacer un hueco en el cuarteto de Lucha Femenina que, lamentablemente para ella -y para los degustadores de buena lucha- seguía completo y cerrado y desde 4 días antes. Si se suprimió la disputa del programado tercer puesto, recudiendo los previstos 38 combates a 30, lo fue por aligerar el conjunto de una velada cargada con múltiples protocolos y como corresponde a un evento de homenaje a la L.L. Porque si los disputados 30 combates (incluidos los 6 de veteranos programados) supusieron 55 minutos de competición, los 38 apenas hubieran rebasado los 70 minutos previstos. Los luchadores se concienciaron de que el rol de protagonismo lo asumía la L.L. en sí y ellos colaboraban con ese rol practicando lucha de ataque y rapidez en sus acciones. Fieles a la consigna de que la lucha se hiciera arte en el templo-coliseo del arte. No queremos pasar por alto el gran sabor de boca que dejó la incorporada categoría de Semiligeros (estimada hasta 62 Kgs.). Sirvan al respecto las palabras que se dedicaban representativamente al «superligero» exluchador Ángel Alonso: «Un deportista de los años setenta va a representar precisamente a la L.L. e intercalado entre tanto deportista leonés de élite. Sus escasos 60 Kgs., su discriminación de peso dentro de la categoría de ligeros y al no existir semiligeros como hoy aquí, y las consecuentes múltiples lesiones por este motivo de la gran diferencia de peso, le probaron de llegar a la élite en el deporte de la L.L., y a pesar de su contrastada calidad. Pero su espíritu de luchador de luchador de la montaña, del valle Reyero en concreto, posibilitaron al bravo luchador Ángel Alonso Álvarez notables éxitos en el mundo profesional y académico. Al corro, Ángel Alonso de Reyero, actual catedrático y director de la Escuela de Ingenierias Industrial e Informática. Homenaje a la L.L., pues, también a través de los méritos y valores integrales de sus practicantes y desde las oportunidades luchísticas perdidas. Para la organización técnica resultó decisiva la colaboración de los clubs San Guillermo, Villabalter-Bernesga, Los Leones, Boñar. Personificados en las figuras de sus respectivos responsables en lo deportivo: Héctor de Castro, Jesús Oblanca, «Lupi» y Pedro Llamas. Com entario de un aficionado: en esta ocasión los clubes se han puesto a sumar, a apoyar sin reservas a la L.L. y sin mirar a los lados. Dos apuntes más en el apartado técnico. Lo bien acogido que fue por los espectadores la octavilla entregada con los emparejamientos de las semifinales de todas las categorías, junto con el importantísimo dato de los pesos y en la Categoría de Veteranos además con el no menos ilustrativo dato de la edad. «¿ Otra lucha fue posible» gracias a estos y otros muchos componentes a desmenuzar. Y vamos con la lección magistral de arbitraje impartida por el Juez-árbitro único Fernando Cordero. Todo un ejemplo de cómo ha de actuar un colegiado. Concentrado, moviéndose lo preciso, con los gestos justos y señalizando en base a la «normativa-unificación de criterios» establecida en su día por la Agrupación: señalizar de inmediato el resultado sobre sus propios brazos y hacerlo a continuación sobre el brazo del luchador. Sin rigideces ni medidas estrictas en este caso, flexibles como correspondía a esa especie de «reglamento ad hoc» que señalaba la octavilla tras la relación de emparejamientos: duración de cada combate 1 minuto prorrogable a discrecionalidad de juez-árbitro para 2 caídas o «fallo a los puntos».

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