Montecarlo decide quién manda en Ferrari y McLaren
Alonso, Hamilton, Raikkonen y Massa, los cuatro aspirantes al título, se la juegan en un trazado m ítico
Máxima tensión en el glamuroso principado de Mónaco, donde este fin de semana se celebra uno de los grandes premios que pueden marcar la temporada. Los cuatro pilotos que encabezan el Mundial se la juegan. Unos, como Alonso y Raikkonen, por una cuestión de prestigio, otros, como el joven Hamilton, porque busca confirmarse en este trazado urbano, y el brasileño Massa porque ansía romper el maleficio que le persigue por estas tierras. Alonso está convencido de poder repetir el triunfo del año pasado en esta carrera, la más prestigiosa de la temporada por una cuestión de tradición. Claro, que su compañero Hamilton se impuso también en el 2006 en GP2 y, en el 2005, a los mandos de un F3. Aunque el asturiano y Raikkonen deberían ser los dos máximos candidatos al título, ya que aún están en perío do de adaptación tras el cambio de escudería y en teoría tienen que ir a más durante la temporada, Massa y Hamilton no lo ponen fácil. El ex colaborador de Michael Schumacher en Ferrari comenzó la temporada con problemas, pero después se ha recuperado. Su gran arma es la calificación. Ha logrado tres poles en cuatro carreras, con dos victorias, y a pesar de todo no lidera el Mundial, encabezado por un inglés que apela a la regularidad para obtener notables dividendos. De todos los aspirantes, es el único que ha estado en el podio de todas las carreras celebradas y no ha ganado ninguna. Las estrategias para Mónaco son diferentes en cada equipo. Mientras unos aspiran a la victoria, otros sólo buscan dar la sorpresa, o al menos dejarse ver, aunque sea a costa de hundirse después en la carrera. Un día de gloria en Mónaco es mucho. Entre los pilotos pasa lo mismo. Algunos buscarán sobre todo hacerse notar, con coches muy ligeros que después no les permiten grandes cosas en carrera, o tentar la suerte, arriesgar al máximo y estar entre los primeros, como hizo Coulthard el año pasado, cuando acabó tercero, tras Alonso y Montoya. El interrogante será Hamilton, que cuenta con experiencia suficiente (no al volante de un F1), pero puede brillar. Nadie niega que si logra ganar aquí daría un golpe de efecto enorme y elevaría su popularidad y sus posibilidades de éxito final. Se ganaría toda la credibilidad para aspirar al título y, por aquello de ser la novedad, eclipsaría a sus rivales. Todos asumen que la de Mónaco es una carrera distinta, la más especial del calendario y aquella en la que menos errores se pueden permitir. Las calles del Principado no presentan dificultades para un turismo normal, pero sí pueden resultar durísimas para la suspensión de un Fórmula 1. El asfalto no sólo está bacheado, sino que la pista es muy estrella y puede llegar a ser muy deslizante, sobre todo las líneas blancas que ordenan el tráfico normal. «Los coches no cuentan tanto» Todas estas dificultades se las conoce al dedillo Fernando Alonso. El piloto español declaró ayer que el Gran Premio de Mónaco es una carrera tan distinta que los coches cuentan menos que en otras. «Este es un circuito muy diferente al resto. Aquí todo queda en manos del factor suerte, de cómo te salga la vuelta a ti, más que de cómo vaya el coche, si va una décima o dos más lento. Es una carrera tan distinta que los coches veloces o lentos, constantes o inconstantes, no tienen tanta importancia». «La estrategia cuenta muchísimo. Si llevas dos o tres vueltas más de gasolina que tu rival y te encuentras con tráfico igual pierdes tres o cuatro segundos en un giro y se va al garete toda la estrategia marcada», dijo el piloto, que se juega en este circuito urbano el liderazgo en su equipo.