Baloncesto | León es ACB
El triunfo del equipo sobre las estrellas (89-79)
León sacó su rigor a la cancha para imponerse todo el partido al CAI
Era un partido para equipos ganadores como venía anunciando el base Juanjo Bernabé y Baloncesto León dio fe de que lo es. Fue un equipo con mayúsculas y de nuevo sus jugadores aportaron cada uno lo necesario para conseguir funcionar como un bloque que frenase el poderío del millonario CAI. De entrada Curro Segura ya empezó con sus marrullerías y cambió sobre la marcha a Crispin por Phillip respecto al quinteto que había inscrito en el acta. Quería velocidad y sacar faltas a los hombres importantes del León. Y lo logró, pero tras un 2-5 inicial Aranzana empezó a exhibir que es bastante mejor entrenador del cordobés del CAI y moviendo sus piezas sobre la pista y ajustando el trabajo táctico dio las vuelta a las cosas para situarse un 13-11 en el ecuador del primer cuarto. Desde ahí hasta el final el León no cedió nunca ni siquiera un empate. Las acometidas del CAI explotando sus recursos no dieron fruto y de nuevo hombres como Leather -ayer inmenso de nuevo-, Dumas -volvió a jugar mucho por las faltas de Bernabé- o Lucho -por fin encontró el aro- dieron unos relevos de calidad que permitieron al León mantenerse siempre en ventaja. En el segundo cuarto, contra la zona del CAI el León elevó su ventaja máxima a los 11 puntos (32-21). Era el momento para romper el partido, pero el conjunto maño no lo permitió. No se iba a entregar tan fácil y con un rápido parcial de 0-6 obligó a Aranzana a parar el partido. Fue el momento más difícil para un equipo leonés que se fue al descanso con seis puntos de renta (38-32). En el tercer periodo llegaron más problemas en forma de tercera falta de Bernabé, Bulfoni y Peterson, pero el León devolvía cada parcial para evitar que el CAI llegase a igualas las cosas. Ahí surgió el mejor Lucho de las últimas semanas y con varias acciones personales elevó la ventaja máxima a los doce puntos (63-51) a falta de treinta segundo para el final del tercer cuarto. El CAI no estaba muerto y Quinteros sacó todos sus recursos para conseguir responder cada canasta del rival. El equipo maño se jugó su última baza a las faltas, pero el León lo tenía fácil. El balón era para Quinteros, para que recibiese la personal, porque el argentino es todo un aval lanzando. La afición vivió el final de pie y acabó invadiendo la cancha.