Festejo ACB con un pabellón rojo

La marea roja volvió a desempeñar su papel. Con el ascenso a la Liga ACB en el bolsillo, las gargantas de los cerca de cinco mil seguidores se desgañitaron para tributar a su equipo el agradecimiento por retornar a la máxima categoría del baloncesto español. El enfrentamiento frente al Ricoh Manresa se convirtió en un simple trámite que casi siempre gana el equipo de fuera, más centrado por aquello de estar más metido en el partido que el local, en este caso León, invadido por las celebraciones pos ascenso. La presentación de los equipos sirvió para que la afición demostrara al entrenador Gustavo Aranzana su afecto. Su nombre fue el más coreado por la hinchada. Los decibelios del pabellón subieron con vértigo cuando saltó a la pista. Enseguida apareció el grito de guerra: «Aranzana, quédate; Aranzana, quédate...». Todo el equipo unido de la mano, en el centro, quiso demostrar la unidad, factor decisivo del ascenso. El Palacio de los Deportes, en pie. Suena el himno a León, cantado por todo el pabellón. El himno de Manuel Quijano tampoco podía faltar a la cita. Las peñas entonaron sus cánticos y emitieron sus comunicados. Pidieron a Paolo Quinteros la continuidad, en el preciso instante en el que el argentino enchufó el primer triple de la tarde. El pibe reconoce que a igualdad de condiciones se queda en León. La marea roja no quiere perder a su ídolo y se lo recordó durante muchos momentos del encuentro. A la cita de la despedida de la Liga LEB no faltaron algunos ilustres que han protagonizado la historia más reciente de Baloncesto León. Allí estaban en sus asientos habituales el ex presidente Marcial Manzano y el ex jugador Martín Ferrer, dos de los que rozaron el ansiado retorno a la ACB. Empujaron como en su día lo hicieron desde los despachos y desde la cancha, aunque ayer disfrutaron aunque fuese a costa de perder ante Manresa. Hasta Caño se cortó el bigote El empleado de instalaciones deportivas Jesús Caño cumplió su promesa de quitarse el bigote si Baloncesto León ascendía. Se lo había prometido a Urko Otegi y compañía. «Sin mostacho no te conocía», le espetó el propio Urko nada más saltar a la cancha. Caño se ha hartado de pagar apuestas este año (ya entregó unas cajas de cervezas a Ademar por llegar a la final de la Recopa), pero con el gusto de festejar los éxitos del deporte leonés. La marea roja impuso su ruido atronador durante todo el partido, pero todavía más en los minutos finales cuando trató de decantar desde la grada la balanza para Baloncesto León. No pudo ser, entre otras razones, porque el equipo estuvo ayer por debajo de la intensidad demostrada ante Cai Zaragoza. Lógica la relajación, que no se trasladó a la hinchada: «Sí, sí, sí, está se ve León en ACB». Aderezado con Paquito Chocolatero, aunque Espil se llevase la red.