Los campos de tiro bercianos corren peligro de paralizar sus actividades
Malos tiempos para los tiradores bercianos. La estricta normativa en materia de seguridad que está aplicando el servicio de intervención de armas de la Guardia Civil puede derivar en el cierre de los tres campos de tiro que existen en la comarca. De momento, la Subdelegación del Gobierno no ha notificado la orden de cierre, pero en provincias limítrofes como Zamora o Salamanca ya han tenido que decir adiós a su actividad en varios campos. Y cuando las barbas de tu vecino... Ayer lo explicaba Juan Antonio del Valle, responsable del Campo de Villafranca, con 13 años de actividad: «Algunos problemas que plantean son subsanables, pero si tenemos que empezar a comprar las fincas adyacentes al campo para poder reunir las medidas de seguridad que nos plantean, la cosa tiene difícil solución». En Villafranca cuentan con medio centenar de socios en el Club de Tiro y todos corren serio peligro de tener que emigrar para practicar su deporte, aunque las cosas están difíciles en todas partes: «En Lugo y por ahí ya tienen que andar comprando fincas para aumentar los límites de seguridad que exije la Ley del 95 que es la que están empezando a aplicar ahora». José Antonio Cid representa al Campo de Molinaseca, el más próximo a Ponferrada: «Hay pocas fincas que reunan las dimensiones que pide la Ley y por eso han empezado a cerrar campos». Personalmente no estima que el tiro al plato necesite extremar las medidas de seguridad: «Son cartuchos de plástico cuyo alcance no supone un peligro en la zona». Y es que también depende del tipo de munición para adoptar unas medidas que se antojan desmesuradas. El Campo de Otero de Naraguantes, en las inmediaciones de Fabero, puede seguir la misma suerte. En Villablino también ocurre igual.