«Yo me siento un privilegiadopor la llamada de laDeportiva» Un técnico del gusto del presidente

Ni una palabra de más ni una de menos. David Amaral respondió ayer durante el acto de su presentación como nuevo inquilino del banquillo blanquiazul a los cánones que le ha convertido en uno de los técnicos más serios y discretos del fútbol español. Rara vez dará un buen titular a la prensa, aunque todo estará bien empleado si los titulares periodísticos hablan del retorno a Segunda División. Y es que ese es el reto que se marca el tinerfeño, empezando claro está, por clasificarse para la fase de ascenso. Amaral es un hombre diplomático y lo dejó bien claro ayer porque se hartó de repartir elogios hacia todo lo que tiene que ver con la Ponferradina. Y claro, si todo es tan bonito, él está encantado de vivirlo en primera persona: «Para mí es un placer estar aquí, me siento un privilegiado por la llamada de un club de la categoría de la Ponferradina». Era su puesta en escena. El guión seguía por derroteros similares: «Para mí es un orgullo formar parte de la parcela técnica de la Ponferradina». Aunque todos los halagos no esconden su compromiso para esta campaña: «Sería estúpido decir que vengo aquí a buscar la permanencia y hacer una buena temporada, me parece más sensato tratar de ilusionarnos con la posibilidad de alcanzar una plaza entre los cuatro primeros para disputar el play off de ascenso y luego tratar de conquistar la categoría perdida, desgraciada pero dignamente perdida por la Ponferradina». Más halagos que novedades Cuando se le preguntaba por la afición de la Deportiva, ahí Amaral se descubrió: «Me tengo que quitar el sombrero ante la afición de la Ponferradina, me parece increíble que pueda meter 6.000 personas en el campo y más que vayan 500 personas a Vitoria con el equipo ya descendido, yo creo que estamos en deuda con una afición así». Sin embargo, cuando se abordan hechos más noticiables y menos líricos, la cosa cambia. No habla de refuerzos, no hay fecha de pretemporada, no cree que haya concentraciones, ni expone claramente su concepto futbolístico porque «va en consonancia con la plantilla» y como no hay plantilla, no hay concepto. Y es que David es hombre de consenso y todo lo quiere consensuar con el cuerpo técnico. Así pues, habrá que seguir esperando para conocer detalles de cómo será la nueva Deportiva. Amaral es la discrección personificada. Silvano ha encontrado a un entrenador ideal de acuerdo a su modo de entender ese cargo. Ayer definió al canario como «honesto, honrado, trabajador y que sabe mucho de fútbol». Más no le puede pedir, bueno sí, que gane partidos y devuelva al equipo a Segunda División. El caso es que el presidente ha dado con la persona idónea para el banquillo porque todos los técnicos que ha elegido parecían cortados por el mismo patrón. A Saro lo «heredó», luego no cuenta. El fichó a Simón, Tomé y Pichi. Exceptuando al primero que es un poco más extrovertido, los otros dos se distinguían también por la sobriedad en sus comportamientos. Alguno diría que son «tristes» pero es que al presidente no le gustan los entrenadores tipo David Vidal, que se conviertan en el centro de atención constantemente. Con el tinerfeño sigue la línea mostrada hasta la fecha y es de esperar que Amaral también emule a Tomé y Pichi, que llevaron al equipo a la promoción.