Anand volverá a jugar la final

« En las partidas rápidas, Anand es casi como Dios». La frase la pronunció ayer el Gran Maestro, Miguel Illescas, comentarista de lujo del torneo, después de ver como el jugador indio vapuleaba a su rival, el ucraniano Ruslan Ponomariov, en la primera semifinal del Magistral Ciudad de León. El resultado final del match: 3-1 a favor de Anand (dos victorias seguidas y dos tablas) no deja lugar a dudas. Apenas unos minutos después de la hora prevista, las cuatro y media de la tarde, los dos jugadores aparecieron en el estrado del salón de actos del edificio de la Junta. La liturgia manda en estos casos. Ambos se dan las manos se saludan brevemente en señal de reconocimiento y empiezan a jugar la primera de las cuatro partidas de veinte minutos de que consta este primer match. A ritmo rápido, los dos se han enfrentado en diez ocasiones con resultado claramente favorable para el actual número uno del mundo. Anand ha ganado en tres ocasiones, el ucraniano una y el resto han terminado en tablas. Ponomariov se decide por la defensa francesa, fiel a su estilo rocoso se defiende como si le fuera la vida en ello pero la versatilidad de Anand se acaba imponiendo y neutralizando las ambiciones de las fichas blancas que maneja Ponomariov. Uno a cero para el indio. Pasan apenas diez minutos y empieza la segunda partida. Ponomariov, codos en la mesa y manos rodeando su cabeza buscando los puntos débiles en el juego de Anand. «Vishi» como es conocido popularmente en el mundo del ajedrez se masajea el mentón con la vista fija en el tablero imaginando nuevos caminos. Tras un rápido intercambio de piezas, Anand llega al final con ventaja de peones. Vence de nuevo en la segunda partida con una facilidad que nadie esperaba. Sin duda Ponomariov ha reaccionado mal a la derrota en el primer envite. En la tercera partida, Anand vuelve a jugar con blancas. Y lo hace pensando en unas tablas que le darían el pase directo a la gran final. Su juego lo determina esta estrategia y al final Ponomariov tuvo que rendirse a lo inevitable. No tiene ninguna posibilidad de ganar, sólo puede acordar las tablas. Anand volverá a estar en la final del Ciudad de León. La cuarta partida ya era un mero trámite. Anand volvió a jugar para firmar tablas. No quiso ensañarse. No le hacía falta.