El Sevilla golpea primero ante un Madrid al que sólo resucitó Saviola

El Sevilla se anotó el primer partido de la Supercopa gracias a un gol de Luis Fabiano. El primer torneo oficial de la temporada sacó al Bernd Schsuter más conservador. Los dos delanteros, el juego por las bandas y el creador se esfumaron cuando los jugadores se pusieron las camisetas con sus nombres impresos y el árbitro levantó un acta del encuentro. Cuando las cosas se pusieron serias, el alemán optó por un planteamiento «capelliano». Abandonó todas sus ideas creativas y colocó a Gago y Diarra en el centro del campo para dirigir el juego. El Madrid se hizo el harakiri con estos dos jugadores. Con este desaguisado, el Sevilla hizo lo que quiso con los blancos. El muro malí-argentino se deshizo a la mínima presión. Los sevillanos llegaban a la portería de Casillas con la misma facilidad que con Capello, tanto por el centro como por las bandas. Daba igual. En la izquierda, un resucitado Duda hizo lo propio con Sergio Ramos, muy desacertado en su vuelta al Sánchez Pizjuán. El lateral le hizo el penalti al brasileño que transformó Luis Fabiano. Era el premio que merecía el campeón de Copa. Schuster vio que el equipo no funcionaba. Sacó al inexpresivo Gago y buscó en Julio Baptista algo nuevo. El brasileño, que está en todas las quinielas para salir del equipo, ofreció otra cosa al Madrid. Daba más movilidad en la media punta junto a Raúl, mientras que Guti se encargaba de la creación con su fiel escudero Diarra. Pero el cambio fundamental se produjo con la entrada de Saviola, un delantero puro. El argentino permitió que Raúl se quedara como segundo punta. El Madrid se espabiló pero fui incapaz de empatar.