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Publicado por
MARRO
León

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EN LA lucha leonesa no se cambia prácticamente en nada, y menos que en nada en la presentación y puesta es escena de los coros. Por más que todo sea opinable y que esta sea precisamente una columna de opinión. Y que el contraste de pareceres -y de opiniones- resulta enriquecedor. Bienvenida la pluralidad en detrimento del pensamiento uniforme. Pues eso, que nuestra opinión sigue siendo que la escenificación de los corros continúa pareciendo de los más arcaica. Sin evolucionar un ápice. De qué sirve -por ejemplo- que ahora se coloquen unas pancartas publicitarias si éstas adolecen de la más mínima estética, resultando su confección de lo más cutre y chapucero... Chapucería. El «aluche de la boina» llevado, eso, a gorrazos. Estado de la pradera, penoso en ocasiones, por más que sólo se resalte mediáticamente cuando se halla presentable. Cualquier soporte rechazaría la mayoría de ellas para ejercitarse allí. Paciendo animales hasta el día antes y utilizando el cierre de obra de corros como aprisco (yeguas en Gradefes, ovejas en Villafruela¿). Y «anécdotas topilleras» aparte. Cazurramente rancio, cutre y chapucero todo ello. La chapucería de llegar tarde para intervenir en su peso y participar en el de la categoría superior. Cuando la inscripción debería cerrarse con carácter general y para todos los pesos -por ejemplo- 15 minutos antes de la hora señalada para el domingo del corro. Hasta ahora se venía entendiendo por lucha femenina, la esperpéntica imagen de chica enfrentada a chico. Llevamos años deplorando desde aquí tamaña bufonada y propugnando una competición específica de L. femenina, al tiempo que se fuera tratando reintroducirla y arroparla en los corros Señor. Simultaneando y que también debería afectar a Lucha de Base y Juveniles: superar el desangelamiento y la falta de calor ambiental, cuando se monta al margen de Senior. Se nos dirá que esta concentración repercutiría aún más sobre la ya insufrible duración de los corros ¿Inevitable? ¿Es que no existen alternativas a ese exageradísimo alargamiento¿? Seguro que sí, pero hay que calentarse un poco la cabeza y no limitarse a la resignación sin más. Una opción podría ser -como en la lucha canaria- establecer distintos niveles oficiales de luchadores y que en cada corro intervengan tan sólo los de un nivel determinado o los varios niveles que se establezcan en cada caso. Pero no abiertos indiscriminadamente a todos los luchadores como actualmente. Claro que para eso se tendría que contar con un número total de luchadores muy superior, no las irrisorias fichas actuales. Ay, la Cantera¿ Otra (mala) presentación. La apariencia, la presencia, la indumentaria y las formas de árbitros cuya uniformidad y «saber estar» brilla por su ausencia en general. Y no es lo peor la (des) uniformidad en sí, ni la descuidada presentación personal. Es que a menudo no están en absoluto concentrados, como ausentes, estáticos, apáticos y hasta llegando a compadrear con el público. Poco -nada- serio en cuanto a actitud. Pero es que en aptitud, en lo técnico, demasiadas veces pintan -mirando a la grada» (pendientes de la reacción de los espectadores y dejándose llevar) o la picardía del luchador que se adelanta a «poner el brazo». Cuando de lo que se trataría -vía la unificación de criterio- sería de: primero señalar inmediatamente con sus propios brazos el alcance de la caída si la hubo y a continuación hacerlo sobre el brazo del luchador adjudicatario. Todo es debatible y rebatible, desde esa tan saludable disparidad de criterios que invocábamos al principio. Pero difícilmente se podría rebatir que lo de la escenificación rancia viene siendo consustancial con la L.L., ¿Acaso porque, así han de ser los luches, los aluches, el aluche, el luche guapo, la luche¿? ¿o la leche? O el circo, eso sí, circo cazurro.-aluchero¿ Aunque para circo el romano-astorgano, a cuenta -cómo no- de la infeliz lucha leonesa Nos comentaba un aficionado que llevaba ya tiempo pensando cuánto tardarían éstos en presentarse a ser utilizados como elementos de distracción circense en las festivas luchas del Circo Romano de Astorga. Pues ya montaron el numerito. Y tan panchos Al menos un poco de autocrítica, un poco al menos, que la crítica bien entendida empieza por uno mismo. Y resulta muy saludable. No taparse los ojos ante las evidencias -que entran por los ojos-, con un mínimo de sensibilidad. Para terminar por admitir al menos, que el atrezo en los corros es manifiestamente mejorable. Y que un espectador natural con mentalidad deportiva de cualquier otro deporte, se sentiría herido en su sensibilidad deportiva y hasta en su sensibilidad personal.

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