La Liga 2007-2008 arranca el próximo sábado marcada por la apuesta holandesa del campeón, el Real Madrid, la expectación ante la forma que ideará el Barcelona para conjuntar a todas sus estrellas y las ilusiones de un puñado de aspirantes, encabezados por el Sevilla y secundados por Valencia y Atlético de Madrid, que se sienten preparados para asaltar el título. Todo es confuso en este comienzo de temporada en el que el máximo candidato al título, según las apuestas, es el subcampeón (Barcelona), que tiene problemas para integrar todo el talento que atesora su grupo, mientras que el campeón (Real Madrid) aún no ha cerrado su plantilla, ni ha definido su estilo. La conquista de la Liga le quitó al Madrid la ansiedad, pero no fue suficiente para que el italiano Fabio Capello mantuviese el cargo. El club, según palabras de su presidente, Ramón Calderón, apostó por la
en el juego y ése es el altísimo listón que se le impone a Bernd Schuster; no basta con ganar. La pretemporada no le ha ayudado al alemán, que ha encajado seis derrotas en diez encuentros, como tampoco el dilatado goteo de fichajes, lo que le ha llevado a presentarse al primer título del curso, la Supercopa, con la sensación de que aún es un equipo en construcción. Bajo la dirección de Schuster, en cualquier caso, ha quedado claro el cambio de ciclo. Enterrada la etapa de los
, el Real Madrid también se ha deshecho de la influencia del
y apuesta por los holandeses, con Ruud van Nistelrooy como faro y la llegada de Wesley Sneijder, Royston Drenthe y, la posible, de Arjen Robben, como máximo atractivo. El Barcelona, que hace un par de temporadas desanduvo el camino que ahora emprende el Madrid, logró el anhelado fichaje de Thierry Henry, pero el arribo al Camp Nou de
, saludado con euforia por la afición, parece que añade nuevos problemas. En una plantilla que tiene dificultades para conciliar los
de sus estrellas, no es sólo la llegada de Henry, sino también la irrupción del mexicano Giovanni dos Santos y de Bojan Krkic, dos jovencísimos con marchamo de
, los que complican el
de Frank Rijkaard. Porque, al implantarse con éxito el sobrenombre (los cuatro fantásticos), Rijkaard ya sabe que prensa y afición le exigirán la cuadratura del círculo o lo que es lo mismo, que haga sitio en su alineación a Ronaldinho, Eto'o, Messi y Henry. Y por detrás piden paso Giovanni y Bojan. Tras Real Madrid y Barcelona, el Sevilla vuelve a aparecer como la alternativa más segura; un año más hecho y más convencido de su posibilidad de alcanzar la gloria. Queda por ver cómo resolverá el
, porque la salida del jugador más determinante de la pasada Liga parece imparable. Al Valencia de Quique Sánchez Flores también se le exigirá más, después de que el club apostase de forma definitiva por el técnico y forzase la salida del director deportivo, el italiano Amedeo Carboni. El fichaje del gigante Nikola Zigic le da, además, un plus ofensivo. El gran animador del verano, no obstante, ha sido el Atlético de Madrid que se lanzó de cabeza al mercado con los 36 millones de euros logrados por la venta al Liverpool de Fernando Torres y avalado por la rentable venta de sus derechos televisivos. No hay excusas este año para el mexicano Javier Aguirre, que no tendrá al
, pero contará con el poder ofensivo del uruguayo Diego Forlán, el portugués Simao Sabrosa, José Antonio Reyes, Luis García y el «Kun» Agüero.
