Diario de León

Silva, salvador de España

La selección española firmó una victoria ante la vigente campeona de Europa, y resolvió con un buen resultado un compromiso marcado por el maltrecho césped

Heinze celebra un gol

Heinze celebra un gol

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Amador Gómez - colpisa

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España mudó de cara en Salónica. Supo sufrir, recuperarse de dos goles en contra y dar la puntilla a una correosa Grecia. David Silva, con dos goles, se convirtió en el salvador de una selección que ganó en el último suspiro (2-3) y que fue de menos a más en el patatal del estadio de Toumba. Los jugadores españoles estaban incómodos sobre el césped, más parecido a la cancha de un regional que a un campo internacional. Veían que no les salía nada. La única opción viable era el pelotazo hacia Fernando Torres. Gekas asustó con un palo gracias a una mala cesión de Marchena; después, adelantó a Grecia al segundo intento. El delantero del Bayer Leverkusen remataba un balón colgado por Karagounis como mandan los cánones. Los defensas españoles eran unas madres por alto, algo que se puede perdonar con los helenos pero que es motivo de condena cuando dentro de dos semanas se mida a Islandia. Los isleños no serán tan benévolos que Grecia. Mientras el actual campeón de Europa intentaba aprovechar sus minutos de éxtasis, España despertaba. Reacción española Necesitó de 20 minutos. Los pupilos del 'Sabio' comenzaron a tirar paredes y a jugar rápido, algo vital en los esquemas del seleccionador. Joaquín realizaba sus gambetas y a medir en velocidad a su defensor; Villa y Torres se movían por la delantera y Silva hacía lo que le daba la gana por la izquierda. España, dirigida por la batuta de Xavi, metía poco a poco a Grecia en su campo. A pesar de la mejora del juego, el gol del empate llegó en un error. Marchena marcaba su segundo tanto con la 'roja' a la salida de un córner. Los helenos habían abandonado todos sus planes atacantes, pero se encontraron con una jugada trenzada que Katsouranis convirtió en gol. El tanto provocó que España pusiera una marcha más en su juego. Las oportunidades comenzaron a aparecer. Villa lo intentó todo para perforar la portería de Chalkias, pero no había manera. Poco después, Silva empató, aunque con suspense. Necesitó de tres disparos para lograr el gol. España no se contentó con el empate. Quería más y siguió con las paredes, el juego rápido y los balones al hueco. El resultado tuvo que llegar en la última de las combinaciones del conjunto español. El valencianista Silva, de nuevo, superaba al portero para dar una bolsa de optimismo.

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