El Barça no pudo pasar del empate (0-0)
Los azulgrana ofrecieron una mala imágen en su debut ante el conjunto cántabro Rijkaard: «No fue un buen día, faltó frescura para marcar diferencias»
El Barça inició la Liga sumando un triste empate ante el Racing de Santander. El conjunto azulgrana recordó todos sus vicios del pasado con un partido infumable que supuso el estreno de un Thierry Henry que tuvo el tanto de la victoria en sus botas a cinco minutos del tiempo reglamentario ante un conjunto cántabro que también tuvo sus opciones. Tras el morbo de ver al astro francés y a Deco postergados en el banquillo, el Barça arrancó la Liga asemejándose en exceso al de la temporada pasada. Lento, ramplón y sin chispa. Esas lagunas lastraban su juego ofensivo. En la retaguardia también ofrecía destellos de antaño. Mala colocación, errores en las marcas y falta de contundencia. Tanta concatenación de vicisitudes le ofreció al Racing un panorama alentador. El Barça lastró cualquier novedad táctica. Su dibujo está tan memorizado que los técnicos rivales siempre plantean el mismo partido. Marcelino no iba a ser diferente. El técnico del conjunto cántabro colocó una larga tela de araña frente a su área para frenar la ofensiva azulgrana. Su misión resultaba exitosa gracias sobretodo al escaso ritmo visitante. A esa buena colocación le unieron habilidad para sorprender a su rival. Un remate de Serrano solventado por Valdés y una internada de Colsa repelida por el palo alentaban a la afición cántabra. El Racing había metido el miedo en el cuerpo de Rijkaard. Tan sólo Messi intentaba romper el letargo azulgrana. Su movilidad resultaba insuficiente ante la parsimonia de sus compañeros. Toda esa empanada quedó aparcada en menos de un minuto. Al filo del descanso, el Barça encadenó sus únicas ocasiones de la primera mitad. Xavi agarró una larga asistencia de Ronaldinho para marcarse una vaselina de lujo abortada por Luis Fernández. Messi aprovecharía el saque de esquina posterior para marcarse una rosca envenenada parada por Toño. El despertar del Barça alertó al técnico local. Marcelino aprovechó el descanso para sustituir a un Luis Fernández que había estado al filo de la expulsión. El Barça iba empujando aunque le seguía faltando precisión y velocidad. Rijkaard tomaba la primera decisión comprometida de la temporada. El holandés propiciaba el estreno oficial de Henry relegando a Messi, el mejor azulgrana del partido, al túnel de vestuarios. La incapacidad azulgrana reflejaba un triste bagaje en la portería de Toño. Una falta de Ronaldinho era su única presencia ofensiva. El Racing respondía con un remate de un impetuoso Smolarek que se ganó la roja directa antes de cumplir el primer cuarto de hora como jugador cántabro tras propinarle un feo plantillazo a Abidal. El Barça afrontó la superioridad numérica centrando su juego en Henry. Todos le buscaban. Corazón sin cabeza. Sin criterio. Pese a ello, la excelsa calidad del francés le pudo servir para llevarse el triunfo pero su divina rosca se estrelló en el palo izquierdo de Toño. El Racing no se amilanó ni con diez. Su fe le llevó a soñar con la victoria. Una insistencia que le valió para llevarse un punto con el que nadie contaba. Ni su propia afición. El Barcelona deberá mejorar si no quiere que empiecen demasiado pronto los problemas.