El banquillo habla por sí solo

SUELO analizar el grado de mejora de un equipo en función del número de futbolistas que eran titulares indiscutibles una temporada y a la siguiente pasan a ocupar plaza en el banquillo. Ayer, la composición del grupo de suplentes que acompañaban a David Amaral hablaba bien a las claras de lo que está sucediendo en la Deportiva, si bien la campaña apenas está dando sus primeros pasos. Sin embargo no deja de ser significativo que gente como Manolo Rubio, Joaquín Bornes y hasta el intocable Fran Domínguez hayan visto empezar el partido desde fuera. Sería un atrevimiento por mi parte decir a estas alturas que la Deportiva tiene mejor equipo este año que el pasado en Segunda División. El tiempo dirá aunque la comparación parece imposible, dadas las circunstancias. Pero sí es gratificante ver cómo ha llegado un portero capaz de discutirle a Rubio su titularidad en el futuro. Resulta igualmente prometedor observar a dos centrales jóvenes como Ángelo y Santamaría convertirse en mariscales de una parcela que antes era cosa de Bornes y Alessandría, sin que el nivel se resienta. Teo hizo olvidar a Fran, pero sólo hasta que el zamorano pisó el césped porque sigue siendo considerado como un «Dios» por una afición que le adora como tal. Y de la banda izquierda qué se puede decir, después de haber pasado un año sin un futbolista que desbordara. Ver a Ernesto marcharse de su par es una alegría difícil de describir. Riaño se antoja un lateral capaz de sentar a Fuentes y arriba habrá que aguardar las prestaciones de Ismael y De Paula. Y conste con todo esto que no se trata de desvestir a unos cuantos para componer a los nuevos. Lo verdaderamente grande del asunto, cuando aún falta gente como Lucas por debutar y otro par de fichajes que llegarán en breve, es que quien sale ganando es el equipo. La Deportiva está de enhorabuena. Ya lo estaba desde el momento en que cerró el fichaje de Amaral, pero ahora las ideas del míster se van plasmando en algo más fehaciente. Hay plantilla para luchar por los objetivos que se persiguen, sin tener miedo a una lesión inoportuna, como es el caso de la del portugués. Salió Bornes y todo como si tal cosa. Así debe ser en el resto de los puestos, por más que resulte un tanto doloroso ver sentadas a algunas de las «vacas sagradas» de un vestuario que sigue siendo el gran patrimonio del equipo. Esto tiene buena pinta.