Los aficionados, de nuevo con la Cultural

El buen tiempo y el calor fue la nota predominante durante el primer encuentro de liga del conjunto leonés, en tierras riojanas. Minutos antes del pitido inicial, cuando por los vomitorios iban entrando los primeros aficionados de ambos equipos, el letrero luminoso daba la bienvenida a los aficionados de la Cultural. Poco a poco se fueron llenando las gradas y a medida que avanzaban los minutos los aficionados locales le daban color rojiblanco al mítico estadio de Las Gaunas. Muchos aficionados riojanos lucían camisetas que el club les había regalado, con el lema «Yo soy del Logroñés». Estas camisetas se les daban a los socios que se acercaban a las oficinas del club, situadas en el propio estadio, para retirar sus carnés de abonado. Además de los seguidores locales, varios aficionados del conjunto culturalista no quisieron perderse el encuentro y acompañaron al equipo en su periplo por tierras riojanas. Tras el banquillo de Milo Abelleira y en el fondo norte se podían ver varias banderas de León. De vez también se podía escuchar de fondo el grito de «Cultural, Cultural», acompañado por el sonido del bombo del seguidor leonés que siempre acompaña a los jugadores de Milo en sus desplazamientos. A pesar del poco ambiente, para ser el primer partido de la temporada, los aficionados que se dieron cita en el estadio Nuevo Las Gaunas se hicieron notar. Antes de comenzar el partido el himno del Club Deportivo Logroñés comenzó a oírse, animando a los aficionados locales que estaban agazapados en sus asientos esperando poder disfrutar de una buena tarde de fútbol. Minutos antes del pitido inicial los jugadores locales fueron ovacionados por sus aficionados. Con esto ya quedaba patente que la afición local se iba a volcar con su equipo. Esto continuó así durante casi todo el partido ya que veían como su equipo tenía el dominio del balón y del partido, que pasaba por las botas de sus jugadores. Durante el descanso se pudieron ver de nuevo, como ya es tradición en los domingos «futboleros», los típicos bocadillos que calman el apetito de los aficionados y que les dan fuerzas para continuar animando durante el segundo tiempo. El ambiente se fue calentando con el paso de los minutos. De los gritos de «a por ellos» de los aficionados locales se pasó a los de protesta tras el tercer gol de la Cultural Leonesa, que supuso el empate. Los aficionados locales no se podían creer que tan sólo se llevaran un punto de un partido que, durante la mayor parte del tiempo, lo tuvieron en sus manos.