Lorenzo ejerce de gladiador en Misano y se lanza hacia el título

Los cerca de 60.000 aficionados que se concentraron desde primera hora de la mañana del domingo en el circuito de Misano tuvieron la oportunidad de disfrutar con unas carreras cargadas de emoción e imprevistos, pero sobre todo se deleitaron con la victoria de uno de los suyos en 125cc. En cambio, ninguno de los italianos pudo subir al podium de 250cc, donde Jorge Lorenzo se anotó el octavo triunfo del año y se convirtió en el español más laureado del cuarto de litro, con 16 éxitos, por encima de Sito Pons y de Dani Pedrosa. Dovizioso comenzó en cabeza, seguido por Lorenzo, Barberá, Kallio y Bautista, aunque el de Talavera protagonizó una caída cuando había alcanzado la tercera plaza. Logró acabar en una más discreta octava posición, pero tuvo la satisfacción de ver hecho público el anuncio oficial de su continuidad para el próximo año. Cubierto el primer tercio de la carrera, Dovizioso y Lorenzo se distanciaban claramente para comenzar a mantener su particular mano a mano. La batalla prometía espectáculo porque, a falta de diez vueltas, ambos pilotos se pasaban y repasaban como si se tratase del último giro. Poco después, a ocho para la conclusión, el italiano vio como la mecánica le traicionaba y le obligaba a una amarga retirada ante su público. Un abandono que le hizo perder el segundo puesto de la general y cualquier esperanza de aspirar a un título que tiene el nombre y apellido de Jorge Lorenzo. Faubel al suelo en 125 En la carrera de 125cc, Mattia Pasini comenzó mandando, seguido por Faubel, Pesek, Talmacsi...un grupo nutrido que poco a poco se iría definiendo. Al principio hubo muchos cambios de líder, pero superado el ecuador, Pasini comenzaba a distanciarse hasta alzarse con un emotivo triunfo ante los suyos con casi cinco segundos de ventaja. Tras el italiano, las cosas eran bastante más complicadas. Primero se cayó Pesek y luego, en la última vuelta, la situación dio un vuelco y dejó fuera de combate a Corsi y a Faubel. El valenciano estuvo brillante durante la carrera, pero en esos últimos compases tenía como colega de viaje, entre otros, a su compañero húngaro Talmacsi, que dio la impresión de ser quien provocaba toda la carambola. La maniobra del magiar derivó en la caída doble de Faubel y Corsi, que tendrían que retirarse.