Fútbol | Primera División
El Madrid exhibe todo su potencial ante el Villareal y ya es líder
Sneijder, con dos goles, fue el mejor reflejo de un equipo en estado de gracia en ataque
El Real Madrid de Schuster juega, gana, se divierte y ya es líder después de dos jornadas que han transformado en euforia blanca lo que fue una deprimente pretemporada. Una semana después de superar al Atlético en uno de los mejores derbis de los últimos años, los blancos dieron otro golpe de efecto en El Madrigal al golear a un Villarreal cuajado que acumulaba nueve triunfos oficiales consecutivos, ocho en la pasada Liga y el reciente en Mestalla. Más allá de los resultados y aunque todavía es prematuro extraer conclusiones y las comparaciones son odiosas, nada que ver este Madrid que juega cómodo y se siente seguro y confiado con ese equipo que ganaba con Capello a base de orgullo, de heroicas remontadas. Los blancos, móviles con y sin balón y con una enorme pegada, dejan en general buenas vibraciones y al fin dan sensación de ser un equipo grande. Desde el arranque se vio que ambos equipos deseaban dar un buen trato al balón. Uno, el submarino amarillo, con más paciencia a la hora de tocar, y el otro más rápido y contundente, sobre todo a la hora de salir al contragolpe. Así mató a los de Aguirre y así pasó por encima de un Villarreal que se vino abajo y se partió en dos al encajar dos goles en el arranque de la segunda parte. Un tulipán con mayúsculas Sobresaliente Sneijder, un jugador con mayúsculas que sabe marcar los tiempos y tiene visión de juego, pase, llegada, y un golpeo sensacional a balón parado. Hace todo bien y sin aspavientos, como si llevara toda su vida en el Madrid. Dio un pase magnífico a Raúl en el gol que rompió el partido y marcó dos, uno tras clavar un golpe franco que golpeó en el palo y otro tras golpear con sutileza (el exterior de su pie derecho), un pase de Guti. Ya suma tres tantos en dos choques. Además, sigue lúcido el 7' en el área, de donde nunca debe de salir, y buena pareja la conformada por Diarra y Guti. Atrás, en cambio, más problemas y desajustes. Estuvo mal Drenthe, al que se vio poco en ataque y tampoco estuvo cerca de Cazorla. Metzelder, sustituto del lesionado Pepe, estaba lento, aunque hizo un par de cortes espléndidos en la primera parte. Aunque los castellonenses llevaban la iniciativa, fue el Madrid el primero que avisó, ya que Robinho lanzó al palo tras una buena combinación con Van Nistelrooy. Poco después, Guti dio un pase a Raúl, que controló bien pero no pudo batir a un Viera que se le echó encima. En el toma y daca llegó la polémica, ya que Raúl reclamó un penalti de Cygan y el rival una mano de Metzelder que pareció involuntaria, y el segundo gol consecutivo del capitán. Los de Pellegrini salieron a por todas en la reanudación, arriesgaron al máximo y lo pagaron caro. Gozaron de la primera ocasión, pero Iker desvió el zapatazo de Tomasson. A partir de ahí, coser y cantar para la tropa de Schuster. Resulta que en apenas dos minutos, Sneijder ejecutó con maestría un golpe franco y Van Nistelrooy se aprovechó de un gran pase de Ramos y de la pasividad de la zaga.